Yo no iré a la manifestación del PP

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
ARACELI MARTÍNEZ ESTEBAN / Secretaria de Igualdad del PSOE de Guadalajara
Las asociaciones “provida” han convocado, hoy con el beneplácito de la Iglesia católica, una manifestación en Madrid por “la vida, la mujer y la maternidad”, como si la defensa de estos conceptos sólo les correspondiera a ellos y obviando que los que no compartimos sus criterios también apostamos por la vida. Eso sí, sin fariseísmos ni mentiras.
Vaya por delante mi respeto a manifestar públicamente cualquier idea, pero me temo que detrás de esa convocatoria hay algo más que el legítimo derecho de los asistentes a expresar su opinión. Hay una manifestación encubierta del Partido Popular, que vuelve a las andadas para manejar la protesta callejera con intencionalidad política. Los populares no celebrarán ningún acto de partido ese día “para que los afiliados puedan asistir”. Esa es la consigna de Mariano Rajoy, que no acudirá “porque hemos hablado con los convocantes y ellos no quieren que se politice”. No será necesario, tendrá a lo más granado de sus filas pancarta en mano. El acto del día del PP será esa manifestación. Un espléndido instrumento de desgaste y de presión contra el Gobierno. ¡Qué mejor ariete de oposición en la calle que los asistentes! Los que acudan libremente contarán como contrarios al Ejecutivo y a favor del Partido Popular. En una palabra, la multitud será usada cual arma arrojadiza que enarbolarán a su antojo desde el Hemiciclo, en comparecencias públicas y en mítines a tutiplén para dar otra vuelta de tuerca. “Mi partido es el que respalda, moviliza y llena todas las manifestaciones”. ¿Se acuerdan?
Al igual que Rajoy, Mª Dolores de Cospedal tampoco estará. ¡Cuánto cinismo e hipocresía! Si de verdad es contraria a la reforma de la Ley, sea consecuente, exhiba su ultraconservadurismo y acuda a la manifestación. Y si está de acuerdo, dígalo claramente en su partido y mueva ficha por los derechos de las mujeres a elegir libremente su maternidad. Pero no, la sra. Cospedal auspicia la protesta, más en contra del PSOE que del aborto, y se queda en casa para no dañar su imagen pseudoprogre. Por desgracia, ésta es una práctica repulsiva a la que nos tienen acostumbrados los dirigentes del PP, que se manifiestan en contra del reconocimiento de derechos sociales para toda la ciudadanía, pero luego se benefician de ellos como cualquier hijo de vecino (divorcios, matrimonios entre homosexuales, investigación genética, abortos, etc).

Antonio Román ha anunciado a los cuatro vientos que estará entre los manifestantes. Esta vez sí, el presidente provincial del PP y alcalde de la ciudad ha sacado pecho con gallardía para proclamar su alineamiento con los postulados de las organizaciones convocantes. Ese mismo día pero en Guadalajara, decenas de padres, madres, alumnos, profesores y vecinos de Yebes se concentrarán a unos pocos metros de la sede popular para reclamar lo que Román se niega a escuchar. Que el Ayuntamiento de su mismo signo político cumpla con los compromisos y responsabilidades que adquirió en su día para avalar la viabilidad del proyecto educativo del colegio Luz de Yebes. Porque Román no puede obviar su condición de dirigente del Partido Popular. Y como la realidad es muy tozuda, me permito recordarle algunos detalles que no ha contado en su alegato y que producen sonrojo. Entre 1996 y 2004, con José Mª Aznar al frente del Gobierno de este país, en España se practicaron 511.429 abortos legales. El actual alcalde ya se sentaba en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Guadalajara y ocupaba un escaño en el Senado. En aquellos ocho años, los Gobiernos del PP no se atrevieron a derogar ni a tocar una coma de la Ley de Despenalización del aborto de 1985. ¿Dónde estaba usted, señor Román? El 14 de enero de 2009, una docena de diputados del Grupo Popular Europeo votaban en el Parlamento de Bruselas a favor de un texto que defendía como derechos fundamentales de las mujeres la salud reproductiva, término bajo el que se ampara el derecho al aborto, y que calificaba esta práctica como “un derecho fundamental en la UE de obligado cumplimiento para todos los Estados miembros”. Otros cinco se abstuvieron y siete votaron en contra. Mayor Oreja dio libertad de voto a los suyos para que obraran en consecuencia. Y la conciencia habló. ¿Dónde estaba usted, señor Román?
El Partido Popular sólo saca las pancartas contra la interrupción voluntaria del embarazo cuando gobierna el PSOE. Porque para el PP el “problema” de la reforma de esta normativa que impulsa José Luis Rodríguez Zapatero no radica en su contenido. Depende única y exclusivamente del color político del Gobierno. Es la doble moral y la hipocresía de la que hacen gala la Iglesia, el PP y sus correligionarios, que también combatieron en la calle la ley que se aprobó durante el mandato de Felipe González. ¡¡Cuánto fariseísmo!!
El actual Gobierno socialista no va a dar un paso atrás en la dirección emprendida. Porque hoy el debate no estriba en la interrupción o no del embarazo. En esta legislatura, el PSOE va a cumplir con la palabra dada y equiparar nuestra legislación con la que impera en muchos países de la Unión Europea. Una nueva normativa que dé seguridad jurídica a las mujeres y a los profesionales, que garantice la práctica efectiva de los derechos reconocidos en nuestras leyes en todo el territorio y que sea respetuosa con la Constitución. Una norma que establece un sistema de plazos complementado con indicaciones que regulan determinados supuestos de carácter médico.

Si algún calificativo merece es el de la prevención, porque el objeto de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva es informar, prevenir y reducir los embarazos no deseados. La decisión de cualquier mujer de interrumpir su embarazo es traumática y responsable. España es el país con más embarazos no deseados entre adolescentes y con mayor número de abortos entre los jóvenes. Basta ya de hipocresía barata. La nueva ley ofrece garantías, derechos y seguridad, no impone creencias ni doctrinas sino educación sexual.

Lo que está en juego es un retroceso de 25 años. El PSOE no quiere que ninguna mujer, ni ningún profesional, vayan a la cárcel por abortar. Eso es lo que nos diferencia a ud. y a mí, señor Román. Entre su verdad y la mía media un abismo. Usted se jacta de ello. A mí me produce vergüenza.