El Depor saldó cuentas con la Real

15/02/2015 - 14:55 Rubén Martínez

 
A veces puede parecer irregular o incluso discontinuo pero el Guadalajara va cogiendo posiciones. Ha sobrevivido al libre albedrío que ha imperado en el grupo en estos meses con ese ‘cualquiera puede ganar a cualquiera’. Es ahora cuando están empezando a dilucidarse los equipos que se jugarán los cuartos en el play-off y ahí estará el Depor.
Porque pese a no haber encontrado la regularidad deseada –aún no ha conseguido encadenar cuatro triunfos– va alcanzando su punto óptimo. Habrá accidentes en el camino como la derrota de la semana pasada en Sestao porque el grupo es difícil y la clase media es clase media-alta pero en general la línea del cuadro morado es claramente ascendente. En resultados pero sobre todo en sensaciones. El Guadalajara es un adversario incómodo, te asfixia, te trabaja, te insiste y te acaba por desbastar. Lo sabe desde ayer la Real Sociedad B, que cogió al cuadro de Salvachúa a principio de temporada y le pegó un buen meneo (4-0). Pero este es otro Depor diferente, férreo, rocoso... astuto. Además se ha rearmado en el mercado invernal con Edgar y Zamora, dos excelentes complementos para la plantilla.

Revancha
El caso es que los alcarreños saldaron cuentas respecto a la goleada encajada en la primera vuelta. Vencieron gracias a un solitario gol de Abel Molinero pasada la hora de encuentro. Y pudieron ganar de forma más holgada porque generaron un buen puñado de ocasiones. Y no solo eso, desactivaron por completo a los atacantes txuri-urdines. En el minuto 4 un error de Verdú –anoten bien que puede que no haya más en toda la temporada– permitió a Oiartzun ganar la línea de fondo y enviar el pase de la muerte a Muguruza que no llegó. Ya en el 41, los donostiarras tuvieron una doble oportunidad en un mano a mano de Guridi y el posterior rechace de Héctor. Ese fue prácticamente todo el bagaje ofensivo del conjunto guipuzcoano en el primer tiempo. El resto lo propusieron los de casa.

Los fichajes bien
Salvachúa dio descanso a Toledo y alineó a Edgar en punta de ataque. Así pudimos conocer algunas de sus cualidades, por ejemplo el remate de cabeza ejemplificado en un testarazo a lo Santillana a centro de Dani Gómez que se marchó algo desviado. O su forma de aprovechar su envergadura y su cuerpo para sacar ventaja ante los centrales. Fue sustituido en el segundo tiempo y el Escartín le dedicó una sonora ovación. Ha entrado con buen pie. Igual que Zamora, el otro fichaje, que formó pareja de centrales con Verdú. Se complementan a la perfección porque el madrileño aporta sensatez y juicio y el murciano, ímpetu e instinto.
Volviendo al partido, el Depor mejoró en el segundo tiempo con Javi López y Molinero en su banda natural. El gol no tardó en llegar. Un ‘larguerazo’ de Verdú en un córner fue el preludio y al poco, un despeje venido desde la retaguardia, originó el peligro. Molinero corrió pero sobre todo creyó. Se fajó con Diarra y batió a Marcellán por alto. Pudo parecer fácil pero ni mucho menos. Antes de disparar se escuchó un silencio atroz en el Escartín. La grada sabía que Molinero podía sacarse algo de la chistera y así fue, a la postre, el gol del triunfo deportivista.
Tras el tanto, la Real B se descompuso, dejó espacios y vino un aluvión de oportunidades moradas pero ni Javi López en un mano a mano ni Lacruz en un disparo seco desde la frontal pudieron cambiar el 1-0 con el que se llegó al final. Moral a tope para la tropa pero agárrense que hay curvas porque el domingo viene el Huesca al Escartín...