¡SOS! por Bonaval
En 1948 ya se decía en la prensa lo siguiente: Falta hacía que alguien se ocupase de este arrumbado Monasterio que luce los restos de su pasado esplendor en el poético valle de Bonaval, restos que día a día van siendo menores y que totalmente desaparecerán si no lo remedia alguna medida, sabia y urgente de quien le correspondan estos asuntos histórico-artísticos, medida que en nuestra provincia se hace más necesaria dada la escasez de monumentos artísticos motivada por la incuria y despreocupación, que ha hecho que desapareciesen gran número de los mismos que eran gala de la provincia de Guadalajara. Los que conocemos Bonaval desde hace años (le visité por primera vez en 1922) vemos con pena cómo está hoy y los grandes destrozos cometidos en los años transcurridos desde esa fecha sin que nadie no nada hasta ahora, se haya hecho para evitar su desaparición .
La situación 63 años después es idéntica. Aquellas palabras, aquellos lamentos tienen plena vigencia al día de hoy. Después de aquella fecha la venerable ruina ha pasado por algunas vicisitudes que a punto estuvieron de finiquitarlo definitivamente. Fue la primera de ellas el proyecto de explotación de una mina de carbón, en el que se contemplaba la construcción de un puente sobre el Jarama para el transporte del mineral. Este puente sería construido con las piedras del monasterio, por lo que hubiera desaparecido. Finalmente la mina no se llegó a explotar y la ruina se salvó de su desaparición.
Otro peligro fue el proyecto de construcción del embalse de Bonaval en el cauce del río Jarama. La cota de llenado de esta presa suponía la inundación del monasterio. Se habló de trasladar los materiales más nobles restantes a un nuevo emplazamiento. Todo esto hubiera supuesto la desaparición del monumento, por desmembración y por haber quedado sumergido el emplazamiento y buena parte de la ruina. En esta época de gobierno franquista se construyeron infinidad de pantanos, sólo por suerte éste no se llegó a construir. Sólo por suerte Bonaval se salvó de la destrucción, aunque no del olvido y de la desidia en que quedó sumido durante los casi cuarenta años de gobierno franquista. Desidia que continuó en la transición democrática con los diferentes gobiernos. Desidia que ha continuado desde que fueran transferidas las competencias en la materia a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En los cerca de treinta años de gobierno socialista en la región, estos no han sido capaces de dar una solución al problema. Ahora con el cambio ¿ ? En verdad que, como los del movimiento 15-M de la plaza, somos muy escépticos, pero no por eso vamos a dejar de transmitir a la sociedad como cada primavera este ¡SOS! Por Bonaval.
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