La nueva era de Zapatero

21/10/2010 - 00:00 Redaccion

 

Contra sus propios anuncios anteriores, en los que insistía en el Gobierno que no iba a sufrir más cambios que el provocado por la marcha de Celestino Corbacho del departamento de Trabajo, José Luis Rodríguez Zapatero, procedía ayer a efectuar una amplia remodelación del Ejecutivo. La principal novedad que suponen estos cambios está en la marcha del Gobierno de la hasta ahora vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que ha acompañado a Zapatero desde el primer gobierno, hace seis años. Apuesta, el presidente, por Alfredo Pérez-Rubalcaba, el más experimentado político y mejor comunicador que tiene a su alrededor, lo que, incluso, hace intuir a algunos que podría convertirse en el sucesor. Tiempo, al tiempo. También sitúa a Ramón Jáuregui como ministro de la Presidencia; traslada a Trinidad Jiménez de Sanidad a Exteriores; “ficha” a un histórico de UGT y ex secretario de Estado de empleo, Valeriano Gómez, para la cartera de Trabajo. Y suma a estos nombres dos mujeres más: Leire Pajín, para Sanidad, y Rosa Aguilar para Medio Ambiente, Medio Marino y Medio Rural. Las bajas, además de la de la vicepresidenta, son las de Miguel Ángel Moratinos, Beatriz Corredor, Bibiana Aido, el anunciado Celestino Corbacho, y Elena Espinosa. Zapatero aprovecha la oportunidad para fusionar algunos departamentos: el Ministerio de Fomento, al frente del cual se mantiene José Blanco, asume la cartera de Vivienda, cuya titular era Beatriz Corredor. Y el Ministerio de Igualdad, cuya titular era Bibiana Aído, pasa a integrarse en Sanidad. Se trata de un movimiento de fichas (parece que motivado por los requerimientos internos del PSOE e incluso por los externos a su partido) que viene a aliviar la situación en un momento crítico y que ratifican que ni José María Barreda y ni Tomás Gómez estaban muy desencaminados en sus valoraciones políticas hechas públicas la semana pasada.