Cientos de molineses asisten a las fiestas del Carmen

Cientos de molineses han participado de la Santa Misa celebrada en Santa María la Mayor de San Gil así como en la posterior procesión con la imagen de Nuestra Señora del Carmen que ha recorrido las principales calles de la ciudad, escoltada por su Guardia de Honor, la Compañía Militar, la banda de Cornetas y Tambores, los cofrades y las autoridades con el alcalde de Molina, Jesús Herranz, a la cabeza. Asimismo, también han estado presentes miembros de la Corporación municipal, entre ellos el también diputado provincial Luis Palacios, la diputada provincial Lucía Enjuto o la delegada de la Junta en Molina, Cristina Algás, entre otros. Seguidamente, ha tenido lugar el desfile de los Caballeros de la Orden hasta los jardines de San Francisco.

Precisamente, la nota más característica de la fiesta es la procesión que se conoce como de los ‘cangrejos’ por el color rojo de las vestimentas medievales. La máxima responsable de la Institución Provincial ha felicitado a los molineses en su fiesta local resaltando “una tradición que perdura con el paso de los años gracias también a la Orden que sigue desarrollando su actividad constituyendo una parte muy importante de estas fiestas del Carmen de Molina de Aragón”.

“Es una fiesta muy emotiva y que los molineses celebran con mucha ilusión y cariño, además de atractiva por su vistosidad para el visitante”, ha manifestado Guarinos incidiendo en el apoyo de la Diputación a este tipo de citas que en este caso concreto viene avalada por el reconocimiento de Interés Turístico Regional. Los actos continúan esta tarde con el fin del novenario y la procesión hasta la ermita. Por último, desfilarán los cofrades para escoltar a la bandera hasta la casa del Coronel Jefe. Mañana jueves se celebrará la Misa de Rueda en Santa Clara en sufragio de los difuntos de la Orden. Historia de la festividad

 El origen de la Cofradía Militar de Nuestra Señora del Carmen se remonta al Fuero de Molina del siglo XII, en el que Manrique de Lara estableció la obligación de tener caballo a aquellos habitantes que dispusieran de cierta riqueza. Ese cuerpo de caballeros que defendió el Señorío perdió su carácter militar con Doña Blanca, quinta y última señora del Señorío de Molina, la cual organizó el Cabildo de Caballeros en hermandad religiosa, que ha existido desde entonces confirmando su inmemorial devoción a la Virgen del Carmen.