Adiós al último guarnicionero
Había nacido en Jadraque en 1932. Miguel Gómez Ures falleció el 31 de diciembre.
Acaba de fallecer el 31 de diciembre Miguel Gómez Ures, el último maestro guarnicionero de la comarca y posiblemente de la provincia. Había nacido Jadraque en 1932 siendo el mayor de tres hermanos del matrimonio formado por Víctor Gómez, de profesión guarnicionero, y Carmen Ures. Quedó huérfano de padre a una edad temprana, pasando de aprendiz con el también guarnicionero de la localidad Bautista Rojo, con taller en la plaza de las Posadas.
Durante el servicio militar formó parte del cuerpo de Guarnicioneros del Ejército en la compañía “Dragones de Calatrava”. Terminada la mili, Miguel se trasladó a Moncada, una pequeña localidad del extrarradio de Barcelona, en la que estuvo varios años, instalándose posteriormente en Tarrasa con un pequeño taller. Allí transcurrió gran parte de su vida profesional que compaginó con su faceta de maestro del oficio en aulas y talleres de la Generalidad de Cataluña.
Llegada su jubilación, Miguel Gómez regresó junto a su esposa Milagros Medina, igualmente jadraqueña, a su casa en nuestro pueblo, transformándola en un taller-museo, y se entretenía realizando encargos para sus amistades hasta hace muy poco tiempo.
En este último año, el Ayuntamiento de Jadraque le solicitó la cesión de su obra para la creación del Museo de la Guarnicionería en la localidad. Desde el primer momento, le agradó la idea y no dudó en que todas sus piezas entre las que se encuentran una cabezada, sillas, colleras, riendas, correaje, etc., y la herramienta con la que les daba vida pudiera ser expuestas en la planta baja de la Fundación “Perlado Verdugo”, acondicionada al efecto.
El Museo de la Guarnicionería de Jadraque fue inaugurado el 13 de septiembre de 2018. A finales de otoño, ya muy delicado de salud, lo visitaba emocionado por primera y última vez. El Ayuntamiento de Jadraque pondrá su nombre al Museo de la Guarnicionería “Miguel Gómez Ures”, por su disposición y honrando su memoria. Asimismo, el Ayuntamiento agradece a todos sus familiares su colaboración, renunciando a su obra. Descanse en paz el último guarnicionero.