Carta al Obispado de Sigüenza-Guadalajara
Más de 20 años, llevamos intentando que se considere un arreglo integral de la torre y la iglesia en general y varias han sido las subvenciones y colectas obtenidas por el pueblo.
Me dirijo a ustedes para hacer visible públicamente el estado de la iglesia y Torre de Mirabueno. Nuestra iglesia, así la considera el pueblo, tiene su origen como ermita del siglo XIV, con varias construcciones entre los siglos XVI y XVII. Iglesia grande representantiva del renacimiento rural. Su torre posee detalles artísticos como las gárgolas aun existentes, figuras de animales y humanas, los arcos y basares de decoración del campanario que con las inclemencias del tiempo en esta comarca límite de la sierra y la alcarria van empeorando ante la dejadez del edificio.
El coro y el acceso al campanario llevan cerrados y sin uso, para su fiesta mayor y romería, desde hace varios años. El perimetro exterior de la torre fue delimitado hace unos años por el Ayuntamiento por el peligro que supone pasar por debajo de la misma.
Se que el coste de reparación de este templo religioso es mucho, pero se también el coste emocional que supone para los hijos del pueblo sentir el abandono hacia este nuestro edificio identificativo. Poco es lo que unos vecinos y un ayuntamiento pequeño pueden hacer si no hay iniciativa de arreglarlo por su parte. Los feligreses de la parroquia perderán un templo para rezar, pero el pueblo entero pierde una seña de identidad y patrimonio artístico.
Más de 20 años, llevamos intentando que se considere un arreglo integral de la torre y la iglesia en general y varias han sido las subvenciones y colectas obtenidas por el pueblo, quizás no las suficientes para que el párroco de turno y este obispado considere al templo de Mirabueno en sus planes inmediatos de conservación de patrimonio.
Romería e imagen mariana de mucha devoción la Virgen de Mirabueno, en la comarca desde hace siglos con presencia en décadas anteriores del obispo y, aun a día de hoy con autoridades civiles provinciales, regionales y nacionales. Se mantienen aún los exvotos y ofrendas en el camarín de la Virgen, así como una Hermandad de la Virgen constituida en origen por sacerdotes de toda la Diócesis y seglares tanto de Mirabueno como de otras poblaciones.
Ruego a esta diócesis de Sigüenza-Guadalajara en este mes de mayo, mes de María, que no deje por olvido y dejadez caer el patrimonio de un pueblo y el templo que alberga a su patrona, la Virgen de Mirabueno.