'Cinco minutos'
Antonio es un padre de familia que trabaja conduciendo un autobús. Durante la semana hace muchas horas extras que no sabe si cobrará ni cuando lo hará. Mientras tanto no hay final de mes donde el salario le llegue.
Antonio es un padre de familia que trabaja conduciendo un autobús. Durante la semana hace muchas horas extras que no sabe si cobrará ni cuando lo hará. Mientras tanto no hay final de mes donde el salario le llegue”.
¿Qué pasa con el tiempo de trabajo?
¿Quién no se ha quedado 5 minutos más de su jornada laboral para terminar un trabajo que el jefe o el encargado querían terminado? ¿Quién ha visto reflejado en su salario esos 5 minutos? Pero hoy no son solamente cinco minutos. En España se realizan muchas horas extraordinarias que ni se pagan ni se compensan en descanso a las personas trabajadoras. También puede ser lo que te esté ocurriéndote a ti.
¿Por qué?
Por el miedo a perder el trabajo, por parecer mezquino con la empresa, por el deseo de hacer méritos para la próxima renovación del contrato temporal, por la competencia al puesto de trabajo, por el recelo entre compañeros al mirar cada uno su particular interés. Estas y otras razones no son ajenas al empresario ni a los mandos intermedios que mantienen y consienten esta realidad laboral de explotación laboral de las personas.
¿Qué nos dice la Palabra de Dios?
En la Carta de Santiago 5, 4 podemos leer: “Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros, está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso” donde se sentencia a los ricos por el salario que han dejado de pagar a sus obreros.
¿Qué podemos hacer?
Desde la HOAC, movimiento apostólico de Acción Católica para la Pastoral Obrera en la diócesis, anunciamos que es necesario un Trabajo digno para una sociedad decente, donde la persona sea tratada con dignidad y no solamente como un elemento generador de dinero, como una mera mercancía, porque creemos firmemente que ese es el sueño de Dios, donde todos sus hijos vivamos como hermanos.
Queremos colaborar con otros hombres de buena voluntad, desde nuestro compromiso cristiano, para que en nuestra diócesis de Guadalajara se promueva en sus empresas e instituciones (eclesiales o no) una realidad del trabajo que favorezca el bien común y que denuncie con firme voz los abusos que se esconden tras los miedos de los más débiles.