Clave para estudiar el pasado y dibujar el futuro

30/07/2016 - 11:19 Redacción

Hasta hace unos años, en la provincia de Guadalajara pocos habían oido hablar de un estratofito.

Hasta hace unos años, en la provincia de Guadalajara pocos, o muy pocos, habían oído hablar de un estratofito. Ahora, al que más y al que menos les suena la palabreja gracias al estratotipo de Fuentelsaz. Y aunque, a priori, puede parecer algo que solo interesa a paleontólogos o investigadores, hay que rechazar de plano esa idea. Si evidente es ya su importancia para conocer el pasado de la Tierra, igual de importante es su potencial para dibujar el futuro de esta comarca. Los investigadores nos han descubierto uno de los tesoros que esconde este rincón de la provincia. La geología de su paisaje guarda los secretos de algunos de los episodios más relevantes de la evolución del planeta, los que tuvieron lugar hace alrededor de 175 millones de años, en el tránsito entre el Jurásico inferior y medio. Ahora que sabemos lo que tenemos, toca saber aprovecharlo y, como se suele decir, ponerlo en valor. En España solo hay cinco estratofitos reconocidos y algunos de ellos son visita obligada para el turista. Los guías explican de forma sencilla, adaptando el discurso científico para que la explicación resulte clara y entretenida para todo tipo de públicos, lo que es un estratofito, sus peculiaridades, su contexto..., y tras la excursión los visitantes se distribuyen por los restaurantes de la zona para reponer fuerzas y seguir disfrutando. Quizás sea difícil que el estratofito consiga atraer el turismo por sí solo. Pero no olvidemos el entorno en el que se encuentra, dentro del Geoparque de Molina-Alto Tajo, una zona de una gran belleza, riqueza natural y geológica, avalado por la Unesco. Tenemos todos los ingredientes para hacer del turismo un elemento de desarrollo de una comarca donde la despoblación es un gran problema. Ahora bien, es difícil difundir los valores de una zona, o de un estratofito, cuando nosotros, los guadalajareños, no conocemos o no somos conscientes del valor de lo que tenemos. No lo menospreciemos. El sector turístico, los hosteleros, es el primero que tiene que ponerse al día pero todos los habitantes debemos convertirnos en embajadores de esta provincia, empezando por las administraciones. El Clavo dorado supone la inauguración oficial de este estratotipo. Este acto, que no es meramente simbólico, y el procedimiento para ser declarado Monumento Natural han sido un camino largo, pero confiemos en que suponga el impulso necesario para su promoción.