Como espectáculo y fractura
Los diputados de Podemos, con su líder Pablo Iglesias a la cabeza, no pierden la más mínima oportunidad de utilizar el Congreso para convertir la política en un lamentable espectáculo.
Los diputados de Podemos, con su líder Pablo Iglesias a la cabeza, no pierden la más mínima oportunidad de utilizar el Congreso para convertir la política en un lamentable espectáculo. La sede de la soberanía nacional se ha convertido en un escenario sobre el que representar una comedia cargada de demagogia populista de escaso rigor intelectual, que implica una concepción maniquea en la que solo existen dos bandos: los buenos, se entiende que ellos, y los malos, todos los demás. Una política basada en el gesto demagógico que desprecia la palabra y la razón, que manipula la historia y expresa un desprecio profundo por los procedimientos democráticos de participación ciudadana. Una política guerra-civilista alejada de la España real y de la voluntad de diálogo, opuesta a los valores sobre los que se sustenta nuestra Constitución.