Debate constitucional

10/12/2017 - 13:26 Jesús Fernández

La Constitución no es un sistema más pues es el corazón de todo  sistema democrático.

El debate constitucional ha irrumpido en el discurso político con tal fuerza que el famoso diseño o  diagnóstico sobre  las dos Españas se actualiza y se traduce hoy sobre constitucionalistas y no constitucionalistas. Es muy grave llegar a estas disyuntivas. Como es grave que en algunas regiones se llegue a dividir a la población entre independentistas y no independentistas. Los dualismos no son buenos. Indican  confrontación, enfrentamiento, antítesis, dialéctica y  exclusión. Por el contrario, ¿no habíamos dicho que la Constitución era de todos y para todos? Es la unidad que nos queda. Así como un libro no está concluido hasta que no se lea, una Constitución no está terminada  hasta que no se cumpla. Estamos escribiendo cumpliéndola. ¿Qué es lo que conduce al coche y le hace avanzar, las ruedas, la realidad o la  dirección y la reflexión?
    La Constitución no es un sistema más pues es el corazón de todo  sistema democrático. Los intentos actuales, los embates más que debates, de los partidos políticos para llegar con sus manos hasta la Constitución, indican que el poder ejecutivo (¿recuerda alguien la famosa división de poderes?) quiere controlarlo  todo. Y hasta se extrañan que el sistema judicial tenga algo que decir en torno a ella. Control, es la palabra clave para definir al poder hoy. Todo lo que sea control va contra la confianza. En consecuencia, los partidos políticos, dueños del poder y dispensadores de democracia, son quienes desean imponer una determinada reforma de la Constitución a su favor y conveniencia.
    Al tema constitucional le está afectando mucho la cultura de las mayorías que tenemos en Europa. Es decir, la mayoría viene  entendida  como  la imposición de un determinado modelo social, sistema o ideología a los grupos minoritarios, incluidos los derechos humanos. En este sentido, las mayorías son las definidoras y repartidoras de derechos. ¿Existen las mayorías geográficas, lingüísticas, sociológicas, ideológicas, políticas, culturales? Para algunos es discutible que, en un sistema democráticos, las mayorías salgan sólo de las urnas o de los resultados  electorales convencionales. Existen otros muchos nichos sociales, razones, fenómenos  o espacios que definan una mayoría o minoría. Y viceversa, una determinada mayoría cultural sólo es visible y se  impone como grupo de presión cuando ha pasado por las elecciones y resulta triunfante y vencedora. Por ello y para ellos, las minorías no existen. Son inútiles e ineficaces. Por eso hablamos de secuestro o de apropiación de las instituciones por el poder vigente en cada momento. Para muchos no hay más comunidad política que la determinada por las elecciones. Es un grave error cuyas consecuencias  estamos pagando muy caro. El entendimiento social tiene que tener otro método para definir a las mayorías que no sea el criterio político y electoral.