Del Hospital a Cuatro Caminos

16/10/2017 - 18:11 Redacción

A estas alturas no es admisible que Ayuntamiento,  Junta de Comunidades y Ministerio de Fomento discutan sobre responsabilidades y competencias mientras  los ciudadanos siguen jugándose su integridad.

La ciudad de Guadalajara rindió homenaje este domingo, tras el multitudinario y emotivo funeral del pasado miércoles en la iglesia de San Nicolás, a Patricia, esa chica de tan solo 18 años que se había ganado el corazón de cuantos la conocieron. Fue víctima de un atropello en un punto muy complicado del tráfico en nuestra capital, el nudo de Cuatro Caminos, cuando cruzaba por un paso de peatones. Todo el mundo sabe que desde el Hospital hasta esta rotonda, con dos colegios por medio, personas de toda la provincia accediendo al centro hospitalario, centenares de profesionales trabajando en estas instalaciones,  muchos vehículos llegando a la capital por la N-320, la CM-2004 y la A-2,  o incorporándose desde  las empresas ubicadas en torno a la calle Eduardo Guitián, el tráfico es muy intenso con peligrosidad tanto para conductores como para viandantes. Es cierto que se han adoptado medidas a lo largo de los años y que no existen en el recorrido  puntos negros porque las estadísticas de accidentes así lo atestigua,  pero también lo es que se debe hacer algo más que tener precaución o vigilancia policial, como, por ejemplo, el segundo acceso al Hospital que conectaría este complejo con la rotonda de la Fuente de la Niña y que desviaría buena parte del tráfico. A estas alturas no es admisible que Ayuntamiento,  Junta de Comunidades y Ministerio de Fomento discutan sobre responsabilidades y competencias mientras  los ciudadanos siguen jugándose su integridad porque no sean capaces de ponerse de acuerdo en ejecutar esa citada infraestructura o de acometer las inversiones precisas (pasarelas, pasos subterráneos, semáforos...) La vida de una sola persona justifica cualquier desembolso, pero es que además mejorar la circulación en este entorno  redundaría en el bienestar de todos los vecinos de la provincia que en algún momento tienen la necesidad de pasar por esta zona. Actuar y dar soluciones es el mejor tributo a Patricia, convertida en la cara visible de un problema y de un peligro latente que se cierne sobre todos.