Desde Bruselas

28/03/2016 - 23:00 Sara Vera

22 de marzo de 2016. Bruselas(Bélgica). Siempre me alegraré y estaré agradecida por la decisión que tomé hace un mes: compré dos billetes de avión desde el aeropuerto de Madrid Barajas hasta el aeropuerto de Bruselas Charleroi. Hoy, a las 8.30 de la mañana estaba esperando emocionada y con muchas ganas a mis padres que me venían a visitar a Amberes con motivo de mi estancia Erasmus en dicha ciudad. A esa misma hora, en el gran aeropuerto de Bruselas Zaventem, casi una veintena de personas perdía la vida y varias decenas quedaban heridas tras un atentado terrorista.
Después de haber recogido a mis padres en el aeropuerto de Bruselas Charleroi, hemos podido apreciar la angustia de una chica española al hablar con su madre en los aseos del recinto. Y cuando la hemos preguntado nos hemos enterado de todo lo sucedido. Esperanzados, hemos intentado llegar a la estación central de Amberes lo más rápido posible, cuando nos hemos de otra bomba en una estación de metro de la capital europea. Tras haber cogido el tren hacia Amberes, en la cuarta parada de las diez que creo que hay, el tren se ha parado y nos han dicho que todo Bruselas estaba cerrado y, por consiguiente, colapsado. De esta forma, nos hemos dispuesto a coger un taxi desde Nivelles, la estación donde nos habíamos quedado detenidos, hasta Bruselas centro para coger algún medio de transporte público que nos pudiera llevar a Amberes sin necesidad de pagar una buena cantidad de dinero, ya que todavía no conocíamos la gravedad de los hechos. Recién llegados a Bruselas, nos hemo dado cuenta de que estábamos muy cerca de la estación de metro de Maelbeek, justo donde todo había pasado. A la mínima en que policías y militares contemplaban algo sospechoso corrían con las armas en mano. Una escena que, a priori, puede no parece violenta, pero que si la vives en vivo y en directo te crea un sentimiento absoluto de terror. Tras esto, hemos cogido otro taxi y, finalmente, hemos llegado a Amberes.
Y yo le decía a mi madre: “vaya 230 euros ricos acabamos de perder con los taxis”, a lo que ella me ha contestado: “230 euros no son nada si los comparas con tu vida si hubiéramos ido al otro aeropuerto y nos hubieras estado esperando”.
Carta remitida el día posterior a los atentados desde Amberes donde nuestra colaboradora cursa un año de Erasmus.