Diciembre

16/12/2017 - 13:50 Nazario Escalera

Nunca he comprendido de un modo claro la relación que existe entre las solemnes fechas que se conmemoran y los regalos o comilonas. ¡Pero es así!.
 

Diciembre, del latín decembre- diez, décimo mes del año según la cuenta de los antiguos romanos y duodécimo del calendario que actualmente se usa en casi todas las naciones de Europa y América, que con treinta y un días, es quizá el más importante de su cielo, sobre todo, mirando por el lado estomacal y digestivo, mes de atenciones, regalos, propinas, de los empachos y de quedarse sin un euro antes de finalizarlo, pues su grandeza se impone y el gasto nos atrae, decididos a quedar bien con todo el mundo.
  Nunca he comprendido de un modo claro la relación que existe entre las solemnes fechas que se conmemoran y los regalos o comilonas. ¡Pero es así!.
  Este es el mes de las alegrías y los deseos. En cualquier época del año, un sencillo y oloroso queso puede ser causa de entusiasmo en la familia, pero en diciembre no es posible, ya que desde su principio andamos por ahí echando ojeadas a los escaparates, llenándonos de entusiasmo ante las cosas que los comerciantes nos ofrecen.
  ¡Caray, que ya está aquí diciembre! Hay que pensar en el pavo, los turrones, polvorones y jaleas, que se como sea, tenemos que degustar después: ¿No ha llegado la hora de satisfacer al cuerpo con todo lo deseado? ¿No estamos ya en Felices Pascuas?... Pues... ¡Duro y a la pandereta!
  Si se pone uno a pensar o echar cuentas, ciertamente no hay dinero en el banco para contentar cuanto se desea, pero lo cierto es que no se como nos las arreglamos para satisfacer nuestros llamáramos caprichos de este mes, que personalmente yo llamaría más bien los compresivos sociales.
  Es de suponer que en tan señalados días, tampoco falta el pavo como cena tradicional, no faltaría más, que, después de los disgustos o sobresaltos sufridos durante todo el año, llegara ahora la sonada festividad y tuviésemos que dialogar con las antipáticas judías.
 ¡Qué no se han abaratado las subsistencias! ¡Claro que no! Para esa compensación ya tenemos la paga extra y la soñada ilusión del Gordo de la Lotería Nacional, que por suerte o desgracia nunca llega, pero que incluimos en nuestros gastos, como de obligación primordial.
  En fin, un año más ha llegado ese mes de diciembre y con él, nuestras preocupaciones por los regalos, golosinas, aguinaldos, generoso vino, etc.
  Se puede ser serio y formal en otro mes cualquiera del año pero en este, en diciembre, hay que echar la casa por la ventana, aunque en enero, su ‘cuesta’ nos sea más dura de lo esperado.
    Hasta el próximo año... ¡Viva diciembre 2017!