El 8 de marzo

10/03/2016 - 23:00 Blanca Gotor

Cada año, nos recordamos muy acentuadamente a nosotras mismas y a los demás que este día ha de ser inolvidable por todo lo que implica, y esperamos que generaciones venideras lo sigan celebrando con la misma intensidad que lo hacemos hoy nosotras.
Sin embargo convendría pensar que para “poder celebrarlo” en una sociedad moderna como es la nuestra, educada y medianamente equilibrada, las cuentas no cuadran, cuando cada día y como si ya de una rutina se tratara, mueren mas mujeres a manos de sus compañeros.
Esos señores que un día les juraron amor eterno, hasta creerse que ese logro les permitiría sentirse dueños absolutos de no solo su vida, sino también su muerte…Esos señores que en su escasa y malentendida educación deforman la visión de sus parejas para hacerlas sentir que en un descenso de escalafón pasan “de señoras a putas” en un abrir y cerrar de ojos porque un buen día un ataque de celos mal entendidos, o simplemente tal vez porque la sopa se enfrió mas de lo previsto, los sentimientos se giraron hasta tal punto que alcanzar dimensiones irreparables, penadas en cárceles inertes y transitorias que a mi entender no únicamente no reparan el daño causado, sino que no llegan a conseguir el resultado “del arrepentimiento” del condenado, pues bajo la excusa de locura transitoria, o que es demasiado joven, dulcifican su condena, hasta reducirse a la mínima expresión (véase el caso de Marta del Castillo) ¿demasiado jóvenes?, ¿qué no saben lo que hacen? , pues para exculparse tan bien, tienen un discurso bastante elaborado, y maduro, poco correspondiente también a su edad. Lo cierto es que ningún juez consigue sonsacarles el mas mínimo detalle, ni de los hechos ni del paradero de Marta no han dicho ni una palabra mas de lo que ellos han querido decirnos burlándose e indicando falsos lugares hasta marear la perdiz y hacernos sentir idiotas (cosa que tampoco me parece propia de esta edad,) de hecho semejante barbarie no se contempla en ninguna edad y lamentablemente cada dia hay mas Martas del Castillo, a las cuales solo podemos ofrecerles nuestra indignación y protesta , e insistir en que las edades no pueden ser sinónimos de nada, sino que sencillamente suelen ser personas carentes de valores, de pésima educación con una especie “hombría” mal entendida que les hace sentir con licencia para todo…
Y para concluir, estaría bien que todos los 8 de marzos habidos y venideros nos proporcionen la satisfacción de seguir sintiendo que el futuro “es mujer".