El apoyo a las ferias tradicionales
Una vez más los vecinos de Tendilla, oriundos y visitantes han hecho posible el éxito de la cita.
La Feria de las Mercaderías, conocida como de San Matías, hasta el cambio litúrgico de esta celebración, ha abierto este fin de semana la ruta por las fiestas tradicionales de la provincia que reviven su pasado histórico, recrean la época medieval y ponen en valor los productos de la tierra. Centenares de personas han llenado las calles en los días más importantes del año para una localidad que conserva un gran patrimonio monumental, realizando una programación variada, atractiva, que gusta a la gente y es posible gracias a la colaboración e implicación de los vecinos. Desde la tradicional degustación de migas, hasta los torneos medievales, la bueyada infantil o los zíngaros todo es fiesta en la espectacular artería principal de esta villa y aledaños, constituyendo uno de sus mayores reclamos la gran cantidad de puestos de antigüedades, artesanía o alimentación que llenan los distintos espacios, sin olvidar la ganadería, tan importante en su origen. Una vez más los vecinos de Tendilla, oriundos y visitantes han hecho posible el éxito de una cita cuya antigüedad data al menos de 1481 y que ha marcado su historia. Declarada de Interés Turístico Regional y Provincial cuenta con el apoyo de las distintas administraciones y supone el inicio de todo un periplo que en los próximos meses recorrerá nuestra geografía. La mirada atrás, con el respaldo institucional y el trabajo de los vecinos de los distintos lugares, se convierte hoy en una llamada a la lucha contra la despoblación por la pérdida del comercio y la poca pujanza industrial de amplias zonas de la provincia y a la apuesta por el turismo por los innumerables encantos que atesora. Apoyar las fiestas tradicionales es una de las vías para mantener viva la provincia y en ella se debe continuar a la vez que se dota a los pueblos de servicios médicos, educativos, de conectividad, de infraestructuras o de ayudas al emprendimiento, para que los jóvenes puedan quedarse en ellos y los mayores pasar sus últimos años no estando solo reservados para ser lugar de segunda residencia en el buen tiempo.