El Dépor

Como casi todos los chavales de mi época, durante mi adolescencia y primera juventud seguí de cerca al Club Deportivo Guadalajara, nuestro equipo local. Animados posiblemente por alguna promoción o por el reparto de entradas gratuitas entre la chiquillería, el Dépor estuvo asociado para mí, hasta que, no tardando mucho, otros intereses e inquietudes me desviaron de su rumbo, a tardes ociosas de domingo y paga, a bajar por la Avenida del Ejército en pandilla, a los gritos de “hay pipas, oiga”, al color morado de las banderas, a alegrías y resignación.
    El Dépor, para generaciones de alcarreños, ha sido la admiración por aquellos jugadores que saltaban al Pedro Escartín cada dos semanas, un himno sonando por una vieja y ronca megafonía, un “¿qué ha hecho el Dépor?” los lunes por la mañana cuando jugaba fuera de casa. El Dépor ha sido y es la sección de deportes de la prensa provincial, la foto en la Nueva Alcarria, un hilo de continuidad entre generaciones, entre padres e hijos que en algún momento de su vida se acercaron al campo y compartieron los ¡uyyy!, los ¡pufff! y los silencios. El Dépor ha sido la afirmación de Guadalajara y sus gentes, quizá la única seña de identidad que no ha sido doblegada, salvo, en ocasiones, por los resultados deportivos y los manejos administrativos. Sus camisetas y bufandas moradas y blancas siempre estuvieron allí, en los momentos en que la historia parecía dispuesta a subyugar una vez más a nuestra ciudad y a nuestra provincia: frente a la nueva autonomía, parando la vasija del reactor nuclear, contra el trasvase del agua del Tajo o con los muertos del incendio.
    Hace diez años, en 2007, consiguió ascender a Segunda B y cuatro años después, en 2011, a Segunda División, la categoría de plata del fútbol español, donde incluso llegó a ser líder al cabo de seis jornadas. Lo que vino después lo conocemos todos: un descenso administrativo tan oscuro por parte de sus responsables como de quienes lo ejecutaron y de nuevo la travesía del desierto de la Tercera División. En este mes de enero, el próximo día 30, cumple 70 años, toda una vida desde que fuera fundado allá en 1947. Pese a lo que ha llovido, el Dépor sigue siendo el Dépor: evocación de otros tiempos en conexión directa con el repositorio de nuestra memoria y, siempre, promesa de futuro. Aupa Dépor.