El Día Internacional de la Mujer
Se han conseguido importantes avances, sin embargo hay que continuar, todos juntos, construyendo esa sociedad más igualitaria, libre y justa.
La celebración del Día Internacional de la Mujer, cuya fecha principal será este miércoles, 8 de marzo, pero que conlleva actividades a lo largo de toda la semana, incluso han tenido ya lugar las I Jornadas Feministas de Guadalajara, lleva de nuevo a la reflexión sobre la necesidad de avanzar en las políticas de igualdad que hagan real lo que en el papel lleva ya escrito bastante tiempo, el reconocimiento de que mujeres y hombres deben gozar de los mismos derechos y oportunidades en todos los ámbitos de la sociedad. Salvo excentricidades, todo el mundo sabe la igual capacitación, formación y eficacia en el desempeño de cualquier función por parte de ambos sexos. Sin embargo, en la práctica, la desigualdad sigue presente. Son pocas las mujeres, porcentualmente hablando, que llegan a ocupar altos cargos de responsabilidad en medianas y grandes empresas, a igual trabajo persisten las brechas salariales, las mujeres asumen en mayor grado las tareas del hogar y del cuidado de los hijos renunciando a posibles promociones profesionales antes que el varón, copando la práctica totalidad de las bajas por maternidad y sufriendo recelos en sus trabajos cuando quedan embarazadas o tienen hijos de corta edad. Es cierto que todo esto responde a una educación de roles que se ha transmitido de generación en generación durante miles de años y que se ha ido revirtiendo en parte en los dos últimos siglos en los que se han conseguido importantes avances, sin embargo hay que continuar, todos juntos, construyendo esa sociedad más igualitaria, libre y justa. Medidas como la ampliación a un mes del permiso de paternidad, el trabajo del Instituto de la Mujer o la labor de las asociaciones de mujeres que reivindican el feminismo como motor de cambio son pasos adelante en un colectividad que avanza pero que tiene como gran lacra la brutal manifestación del machismo que es la violencia de género, que lejos de aplacarse nos hace desayunar cada día con nuevos asesinatos. En este 8 de marzo, debemos alzar la voz contra la violencia en todas sus manifestaciones.