El éxito del Cardenal Cisneros en Guadalajara
Diputación Provincial, Universidad, Diócesis y el ayuntamiento seguntino han materializado este homenaje en una muestra que venía precedida del fuerte impacto de la exposición de Atempora.
El día 8 de noviembre se cumplirán 500 años de la muerte de Francisco Jiménez de Cisneros, conocido como el Cardenal Cisneros, personaje relevante de la historia de España siendo regente en varias ocasiones de la corona de Castilla. En la provincia de Guadalajara residió durante catorce años. A la muerte de su padre consiguió el arciprestazgo de Uceda, poco después se convirtió en capellán mayor de la Catedral de Sigüenza y finalmente vivió monacalmente en el Convento de la Salceda durante siete años, hasta que la reina Isabel II le convenció para que fuese su confesor, convirtiéndose en consejero y figura influyente durante el periodo de los Reyes Católicos. Además fundaría la Universidad de Alcalá de Henares tan íntimamente ligada a Guadalajara. Por su extenso legado y relevante vida merecía ser puesto en el lugar que le corresponde en el conocimiento de los guadalajareños y por ello con ocasión del aniversario de su defunción se han organizado diferentes actos, el central, en la Catedral de Sigüenza, con una exposición convertida ya en un éxito de visitas y que será prorrogada hasta el 10 de diciembre. Diputación Provincial, Universidad, Diócesis y el ayuntamiento seguntino han materializado este homenaje en una muestra que venía precedida del fuerte impacto que sobre la economía y el turismo supuso la exposición de Atempora. La apuesta ha salido bien como lo demuestra el número de personas, más de 11.000, que desde su inauguración se han acercado hasta la Catedral y el Museo Diocesano para disfrutar de una lección de arte e historia. La programación se completa con la edición de un libro, la creación de una ruta por los lugares más vinculados a la figura del cardenal, menús gastronómicos, conferencias, exposiciones... El pasado, con muchos personajes ilustres, hitos y fechas para recordar, forma parte de nuestro patrimonio inmaterial y como valor que es debe ser aprovechado como elemento dinamizador para contribuir al enriquecimiento cultural de los ciudadanos y de los propios pueblos.