El fin del litigio del Palacio del Infantado
La buena voluntad de las partes implicadas, Ministerio de Cultura y la Casa del Infantado, ha permitido llegar a un pacto satisfactorio.
La semana nos deja la buena noticia para la ciudad de Guadalajara de la resolución definitiva del problema que suponía la construcción de un piso dentro del Palacio del Infantado para el uso de la familia del duque que en su día, en 1960, cedió para fines culturales el edificio, entonces en deficiente estado, con la condición de reservar un espacio para habitar en él. Una sentencia judicial obligaba a ejecutar ese precepto que suponía perder para los ciudadanos una parte del Palacio, lo que causó disgusto generalizado que aumentó hasta el enfado cuando se presentó un proyecto. La plataforma ciudadana ‘Abraza el Infantado’, y muchos vecinos, reivindicaron que el Palacio fuese para el uso y disfrute solo de los ciudadanos, pero en un Estado de Derecho, el imperio de la ley, el cumplimiento de las resoluciones de los tribunales, debe hacerse efectivo por ser el pilar de la democracia, de las reglas de la convivencia por todos aceptadas. Finalmente la buena voluntad de las partes implicadas, Ministerio de Cultura y la Casa del Infantado, que han sabido dialogar y hacer prevalecer el sentido común, ha permitido llegar a un pacto satisfactorio tanto para quienes tenían un derecho, el de disponer de un lugar físico donde poder residir, los herederos de duque, que serán indemnizados con una cantidad tasada por expertos con la conformidad del Ministerio de Hacienda, por tanto justa, nos parezca mucho o poco, que recibe además el compromiso de que el Museo dedicará un espacio a explicar la vinculación de este linaje con el Palacio, íntimamente ligado a su historia, como para la ciudadanía en su conjunto que dispondrá al cien por cien de cada rincón de su principal monumento, reclamo turístico como joya patrimonial de incalculable valor y belleza. La firma del documento que pone fin al conflicto implica, por otra parte, el proyecto integral que convertirá al Museo Provincial en referencia nacional. El ministerio podrá usar la totalidad del inmueble para esta nueva infraestructura cultural, un proyecto de primer nivel. Además, en breve, comenzarán los trámites para el arreglo de esos problemas en la zona de poniente con el cemento aluminoso que obligaron al cierre al público del Palacio durante aquellos meses para el olvido, unas obras necesarias para la tranquilidad de todos. Felicitaciones y gratitud para los que han hecho posible que se haya fumado ‘la pipa de la paz’, cuyo beneficio directo repercutirá en cada guadalajareño que tienen hoy motivos para sentirse un poco más felices.