El fomento de la lectura
El Plan de Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura para los años 2017-2020, recientemente presentado, que al menos demuestra que hay preocupación por el problema.
A lo largo del fin de semana, finalmente sin la presencia de la temida lluvia, y un número aceptable de venta de libros (siempre nos gustaría que fuesen muchos más) se ha celebrado en nuestra capital la Feria del Libro. Los libreros sacan así las últimas novedades a la calle alimentando la curiosidad de los vecinos por echar un vistazo a las últimas publicaciones, por tocar ediciones en papel en una época en la que por el auge del mundo digital y sin duda también por los años de crisis económica se ha producido un descenso en la venta de libros, número de librerías y también de lectores- estamos a la cola de Europa en lo que a número de lectores se refiere- y eso lleva a un empobrecimiento cultural e intelectual de la sociedad y a una peor formación y calidad de vida de las personas. Es necesario fomentar la lectura y eso se debe hacer, primero, desde los centros educativos. El Plan de Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura para los años 2017-2020, recientemente presentado, que al menos demuestra que hay preocupación por el problema, contempla la implantación de una hora diaria en colegios e institutos a los que se dotará de una partida económica para que adquieran lotes de libros. Además prevé levantar el ánimo de las librerías con ‘sellos de calidad’. Son templos del saber y del conocimiento que debemos preservar, casi rescatar como a los bancos, al igual que las bibliotecas que cumplen una función primordial al dotar de un ambiente propicio para el estudio, la investigación y la reflexión, a parte de sus enriquecedoras programaciones. Cualquier medida que anime a leer debe ser apoyada. En este sentido cabe resaltarse las conmemoraciones de las efemérides como están siendo, por ejemplo, los centenarios de de Buero Vallejo, Camilo José Cela, José Luis Sampedro o Manuel Criado de Val que nos han acercado aún más a su obra. También tenemos que conocer a escritores menos conocidos y ayudar a las editoriales y a todos los que quieran publicar. Subvenciones, concursos, premios, ferias... todo sea bienvenido para relanzar este sector.