El mundo del fútbol y los contagios

El mundo del fútbol, privilegio de los dioses, y herramienta de cualquier gobierno para “distraer al ciudadano” de otros temas más interesantes, ya saben lo de pan y circo, arranca con fuerza ante la presión de quienes viven del mismo. Los jugadores y técnicos tendrán toda clase de servicios y protecciones médicas, lo que se sigue negando al ciudadano, incluso aún hay profesionales de la medicina que carecen de los suficientes medios;  todos ellos podrán abrazarse tras marcar un gol pese a sus cuerpos sudorosos e incluso escupir , espero sea al césped, lo que no se permite y con razón a la ciudadanía. Podrán trasladarse por todo el territorio y ocupar los hoteles designados para ello, con anterioridad al resto del personal, eso sí con mascarillas y distancias, faltaría más, pero por su salud no podrán fotografiarse en grupo ni darse las manos, pero como digo los abrazos sudorosos sí.
     Ya hay quienes claman por abrir los campos de juego a los espectadores, si bien con reducido aforo, aunque se den agravios comparativos entre clubs y aficiones, así como entre las propias de cada club ante la supuesta limitación y ello pese a que los contagios siguen junto a algunos fallecimientos y los servicios médicos aconsejan no bajar la guardia. A mayor gloria del gobierno y pese a las manifestaciones del propio presidente y del ministro de sanidad en contra de jugar con espectadores, se lavan de alguna forma la conciencia o las manos, que es lo que ahora toca, delegando en el Consejo General de Deportes para tomar tal medida y por cierto hablando de medidas, porqué se consideraba que la medida de separación idónea eran dos metros y ahora se reduce a metro y medio y porqué se deja a elección de cada ciudadano el considerar si tiene la distancia debida para el uso o no de la mascarilla, cuando observamos que no se cumple. Lo dicho contradicciones y con el futbol hemos topado.