El origen de la ideología de género
A lo largo de la Historia de la Filosofía ha habido frases lapidarias que se han hecho célebres.
A lo largo de la Historia de la Filosofía, ha habido frases lapidarias que se han hecho célebres por el grado de aceptación que han obtenido, especialmente por parte de muchas personas altamente cultas e inteligentes que solemos llamar intelectuales, porque han desarrollado al máximo su nivel de capacidad intelectual.
Una de esas frases fue por ejemplo la declarada por el filósofo francés Descartes en el siglo XVII cuando afirmó: “Pienso, luego existo”, que es una verdad perogrullescapero que no resiste la derivada que sería: “Luego cuando no pienso, no existo”, la cual no es verdad.
Otra de esas frases famosas es la que afirmó Simone de Beauvoirescritora y filósofa francesa cuando en 1949 escribió:“Una no nace mujer, se hace mujer”, la cual no resiste el más mínimo análisis positivo comparándola con la realidad del ser humano. Es como si un león pudiera pensar y dijera: “No he nacido león sino que me he hecho león” ya que, evidentemente si no has nacido mujer o león, no puedes hacerte ni mujer ni león.
Este razonamiento de S. de Beauvoir que es una afirmación falsa por irreal, ha cautivado sorprendentemente la inteligencia de tantos intelectuales, que la han aprovechado para elaborar una nueva teoría de la sexualidad humana que se denomina ideología de género, que se ha impuesto ya en los altos niveles de la política europea y occidental, a través de la ONU, la Unesco, la OMS, y la UE. ¿Cómo ha sido posible tal hecho? ¿Qué les ha impulsado a esos intelectuales a sentirse cautivados y estimulados a desarrollarla e imponerla?
Pienso que lo que les ha impulsado a hacerlo es la soberbia humana, que se suele cebar sobre todo en esas personas que hacen del pensamiento, del estudio y de la escritura su profesión y su medio de vida, porque desde luego a nivel de personas normales que viven las dificultades, ilusiones y contrariedades de la vida corriente, y no tienen una alta cualificación intelectual y culta, no se lo plantean en absoluto y viven y actúan con arreglo a lo que su naturaleza humana y su sentido común les dicta.
Porque el desarrollo de esa original y falaz frase de la señora de Beauvoir, está consistiendo ya en esas sociedades occidentales, en negar las consecuencias de la naturaleza sexual recibida por cada persona al venir al mundo y elegir el sexo al que se quiere pertenecer y la orientación sexual que se desee libremente desarrollar, hasta el punto de que, no solamente se está facilitando por la Ley de Identidad de género a personas adultas, sino que también se está pretendiendo facilitar a los niños, que pueden elegir su sexo desde la más tierna infancia y tener relaciones sexuales prematuras con otros niños, sin distinción de sexo, edad, o relación familiar, lo cual es una usurpación de la voluntad y responsabilidad de los padres que son los principales responsables de la educación de sus hijos.
Además, lo están consiguiendo a través de Leyes, Disposiciones, Directrices etc. que han empezado a regir jurídicamente en la convivencia de esas sociedades, por medio de esos y otros Organismos Internacionales sin que el común de las gentes se aperciba.