El servicio de Cercanías
Ayuntamientos, plataformas, asociaciones y usuarios reclaman desde hace tiempo una mayor atención a esta situación que lejos de irse solucionando se ha agravado en lo que llevamos.
Desde hace unos años el servicio de Cercanías que a diario utilizan alrededor de 25.000 guadalajareños va a peor con continuas incidencias, ya sean averías o incumplimientos horarios que suponen retrasos y dan una imagen que perjudica, por otra parte, al desarrollo económico de una zona como es el Corredor del Henares en plena expansión. La causa de los males está principalmente en la falta de mantenimiento de los trenes que como aparatos mecánicos que son, necesitan revisiones periódicas y actuaciones puntuales para permitir su buen funcionamiento. Al mal estado por falta de conservación y renovación, no solo de los trenes, sino también del material fijo como las vías o los pasos a nivel, se suma la escasez de personal y las deficientes instalaciones. La solución pasa por invertir lo preciso para que los trenes y carriles estén en buenas condiciones, tener la plantilla suficiente para atender debidamente a los usuarios, mayor frecuencia en el servicio porque hay masificación a determinadas horas y modernización de algunos lugares como la estación de Guadalajara, de aspecto lamentable para ser vía de entrada a una capital provincial. Ayuntamientos, plataformas, asociaciones y usuarios reclaman desde hace tiempo una mayor atención a esta situación que lejos de irse solucionando se ha agravado en lo que llevamos de 2018. El usuario del transporte tiene que ir cómodo,-muchas veces va hacinado y sin asiento-, con una temperatura adecuada en el vagón y sobre todo con puntualidad en el trayecto porque se desplaza para llegar al médico, a su empresa, a clase o a disfrutar del ocio. Y en lugar de dar pasos hacia adelante en mayor tecnología, rapidez y mejoras está sucediendo lo contrario. El viajero se encuentra con desagradables sorpresas por culpa, repetimos, del insuficiente presupuesto que se dedica a este fin. La esperanza es que desde el Gobierno central han tomado nota del malestar y de las repetidas protestas y anuncian para marzo un plan de actuación que deseamos resuelva el tema.