Elecciones

24/02/2019 - 13:06 Pedro Villaverde Martínez

Es motivo de alegría, repetimos, disfrutar de una democracia donde se vota, a diferencia, parece, de lo que ocurre en Venezuela. 

Nos encontramos casi finalizando febrero y este año la nieve y las lluvias, incluso el frío, lucen por su ausencia. En lo político casi mejor no hablar. Convocatoria de elecciones generales anticipadas y en mayo toca renovar ayuntamientos, autonomías y parlamento europeo. Casi nada.  Es justo reconocer que ahora tenemos ocasión de decidir con nuestro voto en lugar de lamentar y que debemos sentir orgullo de disfrutar del sistema democrático actual.

Demasiado tiempo, pendientes pasamos de la situación política deseando la normalidad. Tal vez con la dispersión de partidos políticos esa estabilidad necesaria ya nunca llegue a producirse. Y sin embargo la esperanza es lo que más necesitamos…pues “arrancad del hombre toda esperanza y lo habréis convertido en bestia” que escribiera el pensador. Y lo cierto es que cuando las cosas andan tan inciertas como en la presente situación hasta parece de lógica que a mejor han de ir. Si es motivo de alegría, repetimos, disfrutar de una democracia donde se vota, a diferencia, parece, de lo que ocurre en Venezuela donde se niega ese derecho al pueblo y se retuercen las normas del juego para perpetuarse en el poder.

    Compleja situación política la que nos toca vivir, aunque al menos parezcan claros los pactos que tendrán lugar después de las elecciones pues más que de propuestas se habla casi principalmente de esos acuerdos para formar Gobierno. Toca escuchar cantos de sirena que  nadie parece creérselos…Ignoramos la puntuación que darían los ciudadanos  a los mismos…pero imaginamos que el aprobado sería una exageración. De momento disfrutemos de este Febrerillo corto que da inicio al Carnaval, si nos hace gracia, pues suele ser la ridiculización de lo ridículo si inspira la chispa de los que los preparan. O tal vez tenga que ser la nieve que tanto suele dejarse esperar la que venga a hacer bueno aquello de año de nieves, año de bienes.  Febrero tiene al menos de bueno que es un poquito más corto y nos lleva antes a esa esperada primavera. Y que el sueldo puede parecer mayor porque se acaban antes los días y esperemos todo lo que de positivo puede tener. Y si preciso fuera soñemos ya con esa siempre bienvenida primavera que avanza  a pesar de que sus días vayan siendo más largos. De momento este domingo, San Matías, iguala la noche y el día.