Encadenados

11/02/2023 - 16:25 Jesús de Andrés

Para vergüenza de propios y extraños, el Parlamento ha aprobado una ley de bienestar animal en la que se deja fuera a los perros de caza, que podrán seguir siendo maltratados.,

Fue noticia hace unos días. Un perro, que llevaba diez años atado a una cadena metálica, fue liberado por la policía local de Palma. Llevaba allí desde los tres meses, toda su vida. Esa imagen, la de un perro encadenado en un patio o en la puerta de una finca, fue  familiar antaño para quienes acumulamos trienios, pero es algo, afortunadamente, cada vez más difícil de ver hoy en día. La sociedad ha evolucionado, como ha evolucionado la conciencia moral de la humanidad. A lo largo del tiempo hemos rechazado prácticas inmemoriales como el esclavismo, el racismo o el sexismo, rémoras atávicas de un pasado que nunca debiera volver. E igual pasará con el maltrato animal, es cuestión de tiempo, de evolución paulatina, de mejora de la condición humana, porque de eso hablamos al fin y al cabo. A quienes hoy se resisten, anclados en absurdos argumentos, les deseo que dejen constancia registrable de su posición, por escrito si puede ser, para poder ser juzgados en el futuro.

Para vergüenza de propios y extraños, el Parlamento ha aprobado una ley de bienestar animal en la que se deja fuera a los perros de caza, que podrán seguir siendo maltratados, confinados en inmundas perreras, sin atención veterinaria, colgados de árboles, criados sin fin para luego exterminar sus camadas. España, como Estados Unidos, tiene su particular Asociación Nacional del Rifle, que no son otras que las asociaciones de cazadores y de defensa de la tauromaquia, ambas ideologizadas por la gracia de Vox y sus palmeros. Sorprenden el miedo del PSOE y el seguidismo del PP, que una vez más renuncian a ejercer el poder que tienen por temor a que sus cálculos electorales se desvíen de sus deseos. Impresiona ver cómo el PSOE lleva décadas al frente de la televisión autonómica formando en la inhumanidad taurina, una vez cada tarde, siete veces por semana, a sus ciudadanos. Luego vendrán los lloros y las preguntas cuando Vox tenga la sartén por el mango. Si Page pierde, y tiene muchas papeletas para hacerlo ya que sólo le sirve la mayoría absoluta, que no se haga luego el sorprendido, que avisado fue. Y lo mismo le va a pasar al PP: tanto movilizar a los más exaltados de sus filas, en lugar de reconducirlos a posiciones centradas, que se les irán al extremo que luego los llevará contra las cuerdas, subrayará sus contradicciones y, finalmente, arrojará a la cuneta. Se prevé una campaña intensa en la que la más que probable desaparición de Ciudadanos y, quizá, de Podemos, podría darles fuerzas renovadas, pero han renunciado a ello. Se han encadenado a la servidumbre que ellos mismos han creado.