Eran dos tipos requetefinos

12/02/2022 - 15:38 Jesús de Andrés

Todo apuntaba a que las elecciones autonómicas se celebraran, como toda la vida, junto a las municipales, pero los dos tipos casi divinos, Casado y Teodoro, Teodoro y Casado, decidieron ir para delante, pensando en un efecto Ayuso a nivel nacional

Eran dos tipos medio chiflaos’. Eran dos tipos casi divinos. Eran dos tipos desbarataos’. Y se la juegan este fin de semana en unas elecciones autonómicas innecesarias, en una comunidad, Castilla y León, donde son poco amigos de improvisaciones y experimentos, que, como todo el mundo sabe, sólo deben hacerse con gaseosa. Hay que estar muy chiflado para jugarse la estabilidad de un gobierno autonómico aspirando a conseguir una mayoría absoluta que no estaba a su alcance antes y lo está menos ahora, después de una campaña chusca y llena de errores. Gobernaban allí con un partido, Ciudadanos, que pudo laminarlos tras unas elecciones, las de 2019, que ganó el PSOE, y tuvo a su alcance acabar con 32 años de gobiernos del Partido Popular, y sin embargo no lo hizo. En su ceguera, Ciudadanos renunció a apuntalar a los partidos que habían ganado las elecciones (que gobierne el más votado ¿recuerdan?) e impidió cambios de gobierno, como habían hecho acertadamente en Andalucía pero no se atrevieron a repetir en Madrid, Murcia o Castilla y León, precisamente donde han sido recompensados siendo echados a los leones, que en política son unas elecciones con la demoscopia con viento de proa y una opinión pública hastiada de sus errores. 

Todo apuntaba a que las elecciones autonómicas se celebraran, como toda la vida, junto a las municipales, pero los dos tipos casi divinos, Casado y Teodoro, Teodoro y Casado, decidieron ir para delante, pensando en un efecto Ayuso a nivel nacional, como si ellos pudieran repetirlo por sí mismos. A borrar tuits contrarios a las macrogranjas de cerdos, a imponer marcos de discusión, a centrar los temas de la agenda y a ponerse el chaleco para visitar explotaciones ganaderas como si el Marcial de Muchachada Nui, aquel gañán de gorra y palillo, hombre de campo donde los haya, se presentara a procurador. La victoria está asegurada, pero de un gobierno estable gracias a una coalición con una opción centrada se pasará a depender de VOX, quien los llevará al extremo, y es posible que ni aún con eso sumen y requieran el apoyo de algún grupo provincialista, refugio pragmático para quienes sufren mal de hartura. 

Si se cumpliera la tendencia que han venido reflejando las encuestas, un declinar lento pero constante del PP, alguien deberá salir a la palestra para responsabilizarse. Es pronto para anticiparse, pero lo del domingo puede ser el final de estos dos reyes del humor, linaje de Bartolines y Carromeros, que tras la cómica aprobación de la reforma laboral, con Casero como invitado especial equivocándose de botón por enésima vez, van a quedar expuestos al escarnio de sus propios seguidores, a quienes es seguro que en algún momento se les acabará la risa y la paciencia.