Esperanza

17/02/2017 - 17:23 Pedro Villaverde Martínez

Me dicen que a la carretera que lleva a mi pueblo la han remozado bastante, necesidad tenía, pero ahora parece que puede resultar peligrosa.

Que la vida es lucha nadie lo duda y muy afamados escritores y pensadores lo han tratado en sus pensamientos y escritos. Cuando esto escribimos con el mes de febrero muy avanzado y esperando la siempre deseada primavera caemos en la cuenta de que los días pasan y el tiempo parece seguir huyendo no sabemos de qué, pero hoy una vez más nos damos cuenta de que el invierno, ese tiempo propicio para la meditación que escribiera alguien, va desvaneciéndose a la vez que los primeros brotes primaverales empujan por salir. Como siempre hemos de mirar hacia delante sin dejar de mirar donde pisamos queremos hoy dedicar unas líneas una vez más a ese paso impertérrito del tiempo. Si ya el pensador escribió aquello de si quieres ser feliz no analices, muchacho, no  analices no vamos nosotros ahora a meternos en camisa de once varas, como dice el  refrán. Hoy tan sólo un canto o mejor deseo de que estamos ya con la primavera a la vista y con ella un paisaje nuevo y mejor debe hacernos esbozar una sonrisa. Quiero aquí tener un recuerdo hacia ese pequeño pueblo que me vio nacer y que siempre cada cual lleva dentro el suyo aunque se encuentre lejos como dice la canción del emigrante. Me dicen que la carretera que a él nos lleva la han remozado bastante, necesidad tenía, pero ahora parece que puede resultar peligrosa por su estrechez y algunos escalones que pudieran amenazar la seguridad de los viajantes. Estamos convencidos de que  quienes la hayan hecho sabrán más que los demás y nada podemos objetarles, sólo agradecerles su renovación. Seguro que ellos ya estarán en el asunto si eso fuera preciso. Esos brotes que la primavera ya próxima suele ofrecernos seguro que cambian el paisaje, si lo pudiéramos ver un tanto oscuro, por otro más esperanzador. La primavera es, además de alegre por ese nuevo despertar de la naturaleza toda, como muy bien nos cantan los poetas, tiempo para la alegría que causa su mayor tiempo de luminosidad..., pero acordémonos del poeta cuando dice...yo que me afano y me desvelo.. Dejemos, pues la poesía para los vates y disfrutemos de esa nueva primavera que en lontananza se divisa, junto a la siempre esperanza de que será portadora de tiempos mejores.