Fiestas de Interés y de necesidad
Este año, más que en otras ocasiones, se viven estos festejos con ilusión y ademas con necesidad.
Comienza el mes de febrero y la provincia bulle en distintas fiestas, muestra de la variedad de su folklore, algunas declaradas de Interés Turístico Provincial, incluso Regional. Es largo el listado de pueblos que con motivo de las Candelas, San Blas o Santa Águeda viven con intensidad y devoción la tradición transmitida de generación en generación. Este año, más que en otras ocasiones, se viven estos festejos con ilusión pues su celebración, pese a las variaciones en la programación a causa de la debida prudencia sanitaria, supone un cierto retorno a la normalidad. Es necesaria, para el ánimo de la sociedad, pero también para la economía, la vuelta a la actividad, al cumplimiento del calendario de nuestras rutinas y costumbres, entre las que se encuentran las fiestas tradicionales. Por ello contemplamos con alegría las imágenes llenas de color y vistosidad que dejan estos actos que nos permiten soñar con la superación de un trance excesivamente duro para la humanidad. Pero también se muestran como útiles estas citas en los días que hemos conocido los últimos datos de población del Instituto Nacional de Estadística que con la objetividad de los números nos muestra la pérdida de población en la Sierra Norte y el Señorío de Molina en la última década, que se eleva hasta un 12% con bajada anual del número de vecinos en las localidades.Estas expresiones artísticas, culturales, históricas, con efecto positivo sobre el turismo, son una de las herramientas a potenciar para rebelarse contra este drama de la despoblación. Por ello debemos potenciar esa apuesta por las botargas, declaradas a nivel provincial Bien de Interés Cultural y que a nivel nacional presentan su candidatura a Patrimonio de la Humanidad. Representan nuestra historia, las raíces de una tierra con mil riquezas pero carente de población. Fiesta, por otra parte, la de Santa Águeda, para recordar la desigualdad existente que en su máxima crueldad se refleja en una violencia de género que crece en nuestra provincia según las cifras que aporta la subdelegada en una entrevista. Las fiestas son instrumento para afrontar lo peor de la realidad.