Gobierno de coalición en Castilla-La Mancha
Mientras tanto García Page, que resuelve con cintura una delicada situación, recibe el espaldarazo de un elevado porcentaje de alcaldes para continuar en la secretaría regional.
Castilla-La Mancha tiene ya, desde ayer jueves, por primera vez en su historia, un gobierno de coalición, tras entrar en el Ejecutivo un vicepresidente segundo y una consejera de Podemos que ocupará la nueva cartera del Plan de Garantías Ciudadanas. De esta manera se cumple el acuerdo alcanzado el pasado 14 de julio para aprobar los presupuestos regionales de 2017 y 2018 y dar estabilidad al Gobierno de la región hasta el final de la presente legislatura. El pacto permitirá que el 31 de agosto tengamos por fin el instrumento básico para impulsar las políticas necesarias para avanzar en la recuperación económica y social, alejando además el fantasma de un adelanto electoral. La coalición es, por otra parte, pionera a nivel nacional. Hasta ahora ambas formaciones políticas, PSOE y Podemos, se habían apoyado con sus votos para las investiduras de sus líderes firmando distintos documentos pero sin gobernar juntos. Los dos partidos, la oposición, los analistas y los ciudadanos en general observarán con lupa la evolución de su relación y los resultados de sus políticas en un momento en el que tras la victoria en las primarias de Pedro Sánchez parece mayor la sintonía entre ambos. En algunas comunidades autónomas se plantearían seguir este mismo camino, otras lo rechazan, a algunos les parece bien la coalición- además ya han gobernado juntos en otros sitios y momentos socialistas e Izquierda Unida, ahora parte de la confluencia morada-. A otros les gusta menos, pero en este caso concreto era la solución con mayor sentido para seguir adelante. Mientras tanto García Page, que resuelve con cintura una delicada situación, recibe el espaldarazo de un elevado porcentaje de alcaldes para continuar al frente de la secretaria regional del PSOE, ahora que el alcalde de Azuqueca, uno de los pocos que apoyó a Pedro Sánchez, pudiera dar un paso para ocupar este cargo. Es la complejidad y al tiempo encanto de la política cambiante al igual que las sensibilidades de las militancias y de los votantes.
