Gratitud a Dios y a la vida

Hoy voy a escribir unas líneas en Nueva Alcarria cuando ya voy avanzando en edad y creo que llegará el día en el que tengamos que dejar de existir, pero no sabemos ni dónde, ni cuándo, ni cómo, será cuando Dios decida. Yo le doy gracias porque creo que el día 3 de noviembre estuvo a mi lado, porque pensé que no lo podría contar. Me atropello un coche en la calle de San Miguel y pensé que las lesiones podían haber sido graves, pero no fue así. Estuve veinte días en cama, acostándome ‘boca arriba’, como se dice, hasta que me fui recuperando. En el momento del accidente me llevaron al centro de salud de El Alamín y la doctora doña Adela me tumbó en una camilla y me dijo que no me veía lesión alguna. Mis hijos me subieron a Urgencias en el Hospital, pero todo se resolvió bien.

También en el pasado año 2015 he tenido que enfrentarme a otras situaciones escabrosas y muy desagradables. Estuve a punto, incluso, de llegar al suicidio. Pero gracias a Dios todo ha quedado en su sitio. Hoy en día hay que estar preparado con un chaleco para rechazar las balas enla sociedad que vivimos.