Guadalajara y sus aparejadores
La profesión de aparejador data de hace tantos años que es difícil de documentar. Su patrón, San Juan de Ortega,nació en el año 1080 de nuestra era, y en la época de Alfonso VI se dedicó a la construcción de caminos y puentes a lo largo del Camino de Santiago.
Quedan apenas días para que comience el año 2017, y este nuevo año supondrá para el Colegio de Aparejadores de Guadalajara motivo de celebración y regocijo, pues habrán de celebrarse los 40 años transcurridos desde su constitución como tal, o lo que es lo mismo, desde su segregación del colegio del Centro de España (desde 1950, el Colegio del Centro tenía su sede principal en Madrid y estaba organizado por delegaciones territoriales en Ávila, Salamanca, Segovia, Toledo, Cuenca, Soria, Ciudad Real y Guadalajara). Hagamos algo de repaso de la historia de este colectivo.
A nivel nacional, hay que reconocer el mérito de la capacidad de innovación y oportunidad que se tuvo desde este colectivo cuando, en 1985, decidieron editar en formato totalmente artesanal (carpetas de anillas), la primera recopilación de la que actualmente es reconocida en toda España como la Base de Precios Centro, la del Colegio de Guadalajara, la de mayor prestigio, la pionera y la más completa y eficaz que existe.
A nivel local, el Colegio ha venido desarrollando actividades en dos sentidos: actividades más específicas y técnicas enfocadas hacia sus colegiados; y actividades institucionales y de participación para con los vecinos de la provincia.
Celebración de la cena del patrón, en el Palacio de los Duques de Medinaceli,Cogolludo.
Por enumerar hitos que no merecen ser olvidados, el Colegio de Aparejadores abrió en Guadalajara, allá por los años 90, el Laboratorio de Control de Calidad en las áreas de hormigón y mecánica del suelo, llegando a ser el más demandado por los más prestigiosos estudios y administraciones durante los años que se mantuvo activo. También cabe recordar las numerosas contribuciones que se vienen haciendo desde colectivoS con participación en actos de todo tipo, tanto jornadas técnicas y profesionales, mesas redondas, como colaboraciones en patrocinios de eventos y concursos como el ya tradicional Concurso de Albañilería y Concurso de Pintura Rápida de las Ferias y Fiestas de la capital, etc.
Se podría decir que el punto álgido de la relación de este colectivo con la capital se produjo con la conmemoración de su 30 aniversario en 2007, cuando el Colegio decidió convocar un Concurso de Ideas entre sus colegiados para la realización de un proyecto de acondicionamiento de la glorieta que actualmente lleva su nombre, y que se encuentra junto a la Torre de La Caixa y el Tryp Hotel, junto al Centro Comercial Ferial Plaza.
Otro hito importante que seguramente han provocado estos profesionales para con la ciudad de Guadalajara, y por extensión a toda la provincia, fue la creación en el año 1995 de la Escuela de Arquitectura Técnica del campus de Guadalajara de la UAH. En sus inicios fueron muchas las sinergias que se aunaron para apoyarla y crearla, colaborando incluso en numerosas reuniones para establecer lo que llegarían a ser los planes de estudios. Actualmente, la relación entre la UAH y el Colegio se ha visto claramente reforzada y apoyada, a tenor de los actos conjuntos que han venido realizando, y seguirán celebrando ambas instituciones.
Actualmente, el Colegio lo forman cerca de 300 aparejadores, y su número ha ido creciendo de manera constante, seguramente influenciado por la proximidad de la referida Escuela de Aparejadores de la ciudad, aunque actualmente la mayor parte de sus estudiantes no son residentes ni nacidos en la provincia.
Desde la sede del Colegio de Aparejadores, en la calle Capitán Arenas 8, los trabajadores del Colegio prestan numerosos servicios a todos los ciudadanos. Es obvio que la mayor parte de los servicios serán demandados por colegiados: visados de sus expedientes, tramitaciones de Pólizas de Seguro o de Previsión Social, cursos de formación, alquiler de aparatos y equipos profesionales a precios ventajosos, información sobre normativa y acceso a la biblioteca colegial, etc.
Pero quizá ahora los colegiados no demanden tanto de estos servicios, pues en estos últimos años, la era digital se instauró de manera tan contundente como eficaz en este colectivo, y apenas actúan los colegiados de manera presencial. Pero los que sí que siguen asistiendo y demandando los servicios del Colegio son los ciudadanos y clientes de estos profesionales, que se acercan a su sede a recoger los papeles correspondientes, a preguntar sobre posibles profesionales que estén interesados en hacer trabajos (a través de la Bolsa de Trabajo que se renueva todos los años), a preguntar sobre tipos de actuaciones profesionales y sus condiciones, e incluso se formulan consultas sobre posibles subvenciones que puedan existir de organismos públicos, etc.
La profesión
La profesión de la Arquitectura Técnica, que es la que habilita para ejercer las titulaciones académicas de Aparejadores, Arquitecta o Arquitecto Técnico y Graduada o Graduado en Ciencia y Tecnología de la Edificación, fue ejercida antes de la crisis de una manera muy distinta a la que se ejerce en la actualidad, y seguramente más de uno entiende perfectamente el amplio sentido que tiene esta frase. Antes de la crisis, su intervención no se limitaba al diseño y aplicación de las técnicas constructivas, sino que ocupaba un papel cada vez más preponderante en lo que era la gestión del proceso inmobiliario en todo su ámbito, desarrollando cometidos de: asesoría en contrataciones, selección y compra de materiales e instalaciones, obtención de autorizaciones y licencias, realización de estudios y programaciones financieras, etc.
Transcurridos los años, y tras el pinchazo de la burbuja, nos encontramos a estos profesionales totalmente adaptados a los nuevos tiempos, y siguen ofreciendo sus servicios como expertos contrastados.
Los puestos de trabajo que copan son tan variados como bien reconocidos: responsables de gestión económica de empresas de construcción (jefes de obra, jefes de producción y altos directivos), directores de programación y análisis de costes en empresas, directores y gerentes de laboratorios de control de calidad, técnicos de prevención de riesgos laborales, directores y CEO de empresas fabricantes, administradores de fincas y patrimonios inmobiliarios, técnicos de desarrollo e investigación de nuevos materiales, profesores y académicos universitarios, funcionarios de todo tipo, etc. En gran parte de los más de 8.000 municipios españoles, los servicios técnicos y urbanísticos de asistencia son desempeñados por aparejadores, siendo la provincia de Guadalajara un ejemplo.
Finalmente, queda el autónomo por naturaleza: proyectistas de obra nueva según LOE y obras de rehabilitación y mantenimiento, directores facultativos, tasadores, peritos judiciales, calculistas de estructuras, coordinadores de seguridad y salud, expertos en levantamientos topográficos geo-referenciados, auditores de eficiencia energética, inspectores de edificios (ITE´s e IEE´s), proyectistas de instalaciones de mejora de accesibilidad como ascensores, proyectistas de interiores en el diseño y acondicionamiento de locales, actuando en las reformas de Comunidades de Vecinos, etc.
La palabra aparejador se asocia a la persona que puede conseguir que cualquier tipo de obra no sea un suplicio, sino más bien todo lo contrario.