Invierno
Volaría sobre estos tres meses y aterrizaría en el rebrote de las terrazas madrileñas, en los rosados atardeceres seguntinos...
Me hubiera gustado estar en Sigüenza para escribir sobre el invierno porque allí es más poético y se parece mucho al del Doctor Zhivago, aunque sé de buena fuente que el de la película es un invierno de Soria. Si pienso en el frío, ese frío que amorata la nariz y pinta de blanco los matorrales, siempre veo la helada estación del ferrocarril. Es en la estación, al paso de los trenes, donde está agazapado el auténtico invierno ruso, el frío estepario, sea de Soria o de Sigüenza.
Ahora, después de una Navidad cálida en Dubai, el mes de enero se desploma hacia lo más riguroso del invierno y yo quisiera llegar en un abrir y cerrar de ojos hasta mitad de marzo, cuando rompen la tierra los narcisos y las matas verdes de los jardines se cuajan de violetas. Volaría sobre estos tres meses y aterrizaría en el rebrote de las terrazas madrileñas, en los rosados atardeceres seguntinos, en las templadas noches de primavera y en la atenta vigilancia del verdor de los árboles.
Con este tiempo, en pleno letargo invernal, me da pereza salir y paso la tarde leyendo o viendo la televisión. Una tarde de lectura es una tarde aprovechada y gratificante, como cuando vas al cine, a un concierto o a una exposición y luego te sientes alegre, complacida, como si hubieras adquirido algo bueno y caro para ti. Estos días estoy leyendo un par de libros que alterno, un ensayo, Sociología del Moderneo, de Iñaki Domínguez, y una novela del gran Evelyn Waugh, titulada ¡Noticia Bomba! Me está gustando el ensayo sobre el moderneo, empieza con el movimiento hípster y estoy aprendiendo cosas que ignoraba y recordando otras que ya sabía, no en vano he visto nacer a los modernos desde El Molino de Sigüenza hasta La Vía Láctea y crecer al pie de mi terraza de Aurrerá, sede primigenia del botellón, a veces he participado in situ, y alguna noche infernal les he tirado agua para que se fueran. Creo que es más divertido el ensayo que la Noticia Bomba, la leeré en solitario porque Evelyn se lo merece.
En cuanto a la televisión, todo lo que se consigue viendo algunos programas son kilos, disgustos y supercherías. Mi familia cree que estoy haciendo la carrera de medicina ya que suelo ver series de hospitales, está de moda el tema socio-sanitario, con títulos como Hospital Central, Hospital Valle Norte, El Buen Doctor y por la noche House o Anatomía de Grey. Y siempre Saber y Ganar.
Este artículo debería haberse llamado “De erratas y gazapos” y tenía por objeto disculparme con mis lectores por un par de equivocaciones cometidas en mi columna anterior, pero he empezado por el invierno y una cosa me ha llevado a otra. Lo siento y me da mucha rabia, porque hay herramientas de sobra para evitarlo, y sobre todo por Miguel Hernández, que fue el que llamó Rascaleches a los rascacielos. Lo siento mucho, no volverá a ocurrir.