Iván Fandiño raya a buen nivel en su debut en la feria de Cali

  Antes, había cortado una a su primero en una faena de mucha estética y ligazón. El tercer toro de la tarde fue el único del sexteto que se movió, aún sin casta. Y aunque lo hizo sin conciencia, Fandiño aprovechó esa condición para encelarlo. El astado tenía largo recorrido, pero no por bravo. Sin embargo, el torero puso la muleta con mucha técnica y conciencia. Consiguió lo imposible, que el toro le repitiera, y lo hizo en varias series. Aquello trascendió gracias a que Fandiño destapó su concepto. La mano abajo, arrastrando la muleta en un trazo muy largo arrancó los olés del público. La contundencia con la espada dio paso a la concesión de la oreja, dejando la puerta grande entreabierta, pero el último de la tarde fue otro toro sin entrega.

  Fandiño puso todo de su parte y, de nuevo, la composición de las suertes transmitió emoción. Pero no alcanzó. Se necesitaban más elementos para que la puerta grande se abriera. Fandiño se marchó por la puerta de cuadrillas, la misma por la que entraría el día de Año Nuevo para volver a hacer el paseíllo en su segunda comparecencia. La última corrida de la Feria de Cali, en la que se lidió una corrida de Puerta de Hierro, contó con el concurso de seis toreros para poner remate al ciclo del Señor de los Cristales. Una oreja sumaron los madrileños Uceda Leal y Miguel Abellán, mientras que Fandiño se topó con un animal que se paró muy pronto, tras la gran apertura inicial de doblones. Fue obligado a saludar.