Jóvenes y pobres

27/08/2015 - 23:00 Fidel Vela

Los pobres es el tema recurrente que se utiliza como coartada para legitimar otras cuestiones, como la conquista del poder. Los gobernantes de todos los regímenes posibles, la oposición, todos los papas y demás líderes religiosos de cualquier credo, los intelectuales ávidos de popularidad, manifiestan su amor por los pobres y por los jóvenes, prometiendo que dedicarán todos sus esfuerzos y sus desvelos en favor de estos dos colectivos.
Denuncian indignados las carencias, las injusticias, el hambre… Pero, pasado el tiempo, todo continúa igual o peor, porque los pobres se multiplican a causa de la explosión demográfica y los conflictos bélicos. No es lo mismo prometer que cumplir. Las buenas intenciones, incluso sinceras (supuesto poco frecuente), suelen estrellarse con la realidad concreta y compleja de las cosas. Todos los políticos y líderes religiosos, intelectuales, periodistas, escritores, cineastas… apelan a los pobres, lógico, los pobres constituyen la gran mayoría de la población mundial, principal fuente de votos y adhesiones; apelan a los jóvenes, el colectivo más fácil de manejar e influir proyectado al futuro. Se les invita a la rebelión y a la indignación.
Además, este discurso queda muy bien de cara a la galería. «Estoy con los pobres y los jóvenes, luego soy un hombre justo, bueno y honrado». Es un buen argumento-señuelo para conquistar el poder, que es el único objetivo que mueve al político. En nombre de los pobres se han construido las más sangrientas dictadura