La alegría de ser misionero

02/03/2014 - 23:00 Atilano Rodríguez

El día 2 de marzo la Iglesia en España ha celebrado el día de Hispanoamérica. Con esta celebración se pretende que todos tomemos conciencia de la ingente labor cultural y evangelizadora llevada a cabo por tantos misiones españoles en el continente americano durante siglos. Al mismo tiempo, se invita a todos los cristianos a fortalecer los vínculos de comunión y de solidaridad con aquellas Iglesias hermanas. El lema elegido para esta celebración La alegría de ser misionero, nos sitúa a todos frente al desafío de una nueva evangelización.
Las consecuencias de la secularización, del relativismo y la carencia de una verdadera formación cristiana, que han afectado tan profundamente a muchos bautizados en España y en Europa durante las últimas décadas, también se dejan sentir en el continente americano. Siguiendo las enseñanzas de los últimos Pontífices, es necesario que todos los bautizados asumamos con gozo la misión de evangelizar con el ardor misionero de los primeros cristianos para que el Evangelio de siempre arraigue de nuevo en el corazón de los hombres, llegue a quienes no conocen a Jesucristo y transforme con su dinamismo los comportamientos sociales y la cultura de los pueblos. En estos momentos, tanto en Europa como en América, se necesita una nueva evangelización. Respondiendo con generosidad a la invitación del Señor, desde nuestra Diócesis han partido para distintos países de América, así como para otros continentes, muchos sacerdotes, religiosos y laicos cristianos, que han sido y siguen siendo auténticos testigos del amor de Dios, servidores de los más pobres y heraldos de la Buena Noticia.
En todo momento hemos de dar gracias a Dios por el testimonio misionero de estos hermanos y hemos de pedir al Señor que suscite nuevas vocaciones entre los más jóvenes de nuestra Iglesia diocesana para que en el futuro sea posible continuar la obra iniciada. La cooperación misionera con otras Iglesias nos recuerda que todos los cristianos hemos de permanecer en estado de misión. En la actualidad, además de la colaboración y ayuda que podamos prestar a estas Iglesias hermanas, hemos de estar muy atentos a la acogida y al acompañamiento de tantos inmigrantes latinoamericanos, que han venido a nuestra tierra en busca de un futuro mejor para ellos y para sus familias.
En ocasiones, estos hermanos sufren las consecuencias del desarraigo cultural y de la crisis económica, pero en la mayor parte de los casos permanecen fieles a la tradición cristiana en la que han sido formados. Por ello necesitan y esperan el cariño, la acogida y el testimonio creyente de nuestras comunidades cristianas. Que la Santísima Virgen, Estrella de la evangelización, conserve en nosotros y en todos los misioneros la dulce y confortadora alegría de evangelizar, aunque en ocasiones haya que hacerlo en medio de lágrimas. Que nuestras vidas irradien la alegría de vivir en Cristo y la dicha de ser sus colaboradores en el anuncio del Reino.