La ciencia, la clave de nuestro futuro
Invertir en investigación es asegurar el futuro de la propia humanidad y cualquier iniciativa que sirva para concienciar a la ciudadanía, despertando en ella la sensibilidad, el interés, la implicación en la adopción de nuevos hábitos por el bien general, ha de ser respaldada.
Tal vez alguna vez tuvimos la sensación de que la ciencia, la investigación, eran temas de laboratorio, algo lejano y abstracto. Sin embargo los últimos tiempos han puesto ante nuestros ojos la evidencia de su carácter fundamental para el desarrollo de la propia sociedad. El mundo quedó paralizado en el mes de marzo del año 2020 por culpa de un virus que causó muerte, dolor y pérdidas económicas. Las vacunas, desarrolladas en un tiempo récord por científicos, fueron la causa de la deseada vuelta a la normalidad. Esta misma semana el presidente nacional de la Asociación Española contra el cáncer nos recordaba que no hace mucho tiempo tres de cada cuatro personas que padecían esta enfermedad fallecían, siendo ahora menos de la mitad, y ello gracias a la investigación que permite mejorar los tratamientos. También la evidencia de un cambio climático en el planeta, reflejado en anomalías térmicas, prolongadas sequías o reacciones violentas de la naturaleza, se intenta frenar y revertir con el seguimiento de conductas, medidas y directrices marcadas desde el conocimiento. Es necesario un nuevo modelo productivo, una apuesta por el desarrollo sostenible, por las energías renovables y limpias, un respeto al medio ambiente en cada proyecto empresarial, un mayor reciclaje de nuestros residuos, un mejor uso de los recursos naturales… y todo ello tiene su base en la ciencia, en la tecnología. Por ello invertir en investigación es asegurar el futuro de la propia humanidad y cualquier iniciativa que sirva para concienciar a la ciudadanía- como es el caso de la Semana de la Ciencia que se celebra estos días con el público estudiantil como principal destinatario- despertando en ella la sensibilidad, el interés, la implicación en la adopción de nuevos hábitos por el bien general, ha de ser respaldada. Los hombres y mujeres que se dedican a estos campos del saber merecen todo nuestro reconocimiento, pero sobre todo nuestra atención.