La construcción del puente que sirvió para unir la ciudad de Guadalajara con el barrio de Manantiales

06/02/2022 - 12:16 Eduardo Díaz

El principal problema del barrio desde sus inicios era la falta de comunicación con la ciudad de Guadalajara, ya que el cauce del río Henares suponía una auténtica barrera de separación.

POR EDUARDO DÍAZ 

A principios de la década de los años 70 del siglo XX se comenzó a fraguar un nuevo barrio de Guadalajara junto al antiguo Cuartel de Aerostación al que se le denominó barrio de Los Manantiales por las emanaciones de agua que surgían por su proximidad al río Henares. Las nuevas viviendas fueron ocupadas principalmente por familias procedentes de pueblos de la provincia de Guadalajara, atraídas por las numerosas ofertas de empleo que ofrecían las fábricas de los polígonos del Henares y Balconcillo.  

El principal problema del barrio desde sus inicios era la falta de comunicación con la ciudad de Guadalajara, ya que el cauce del río Henares suponía una auténtica barrera de separación. La comunicación era únicamente a través de la calle Francisco Aritio y accediendo por el Puente Árabe tanto para los peatones como para los vehículos particulares y el transporte urbano de autobuses.

Algunos vecinos del barrio construyeron un puente artesanal sobre el río Henares para poder acceder al polígono del Henares y acortar distancias con el centro de la ciudad; pero las crecidas del río y la inestabilidad de las maderas sobre bidones suponía un riesgo para los viandantes que lo cruzaban.

La solución a este grave problema de comunicación comenzó a solucionarse el 22 de mayo de 1986, cuando en el salón de plenos del Ayuntamiento de Guadalajara se firmó un convenio para la construcción de un moderno puente para unir la ciudad con el barrio de los Manantiales. El acuerdo fue firmado por el alcalde de aquella época, Javier de Irizar Ortega y el ministro de Obras Públicas, Javier Sáez de Cosculluela. En él se acordaba la cesión de los terrenos por parte del Ayuntamiento de Guadalajara y la financiación de la obra a un ochenta por ciento por parte del Estado Español.

Las obras comenzaron a principios del año 1988 y supusieron una enorme alegría para los vecinos de los Manantiales así como para los de la localidad de Cabanillas del Campo ya que estos últimos tenían que acceder a Guadalajara a través de un paso a nivel de ferrocarril, lo cual provocaba numerosos atascos cuando la barrera se encontraba cerrada. Fueron unas obras muy complicadas debido a la dificultad del terreno donde se levantaba el puente, lo cual encareció el coste de la infraestructura que al final ascendió a 150 millones de pesetas, lo equivalente a 900.000 euros a día de hoy. La estructura fue realizada con hormigón armado y la empresa encargada de construirlo fue la de Cubiertas MZOV. Al presupuesto inicial tuvo que añadirse el de la realización de una glorieta para acceder a los Manantiales y la construcción de un nuevo trazado para unir el acceso del puente con la calle de Francisco Aritio.

El 13 de julio del año 1990 se inauguraba el nuevo puente e inmediatamente se abría al tráfico rodado acudiendo la mayoría de la Corporación Municipal y numerosos vecinos de la barriada de los Manantiales que por fin veían cumplido su sueño de estar comunicados con la ciudad de Guadalajara. Extrañó mucho la ausencia de los concejales del Partido Popular que excusaron su presencia ya que a esa misma hora visitaba Guadalajara José María Aznar. La construcción de este moderno puente trajo consigo la creación de nuevas urbanizaciones de viviendas unifamiliares en una de las riberas del río Henares.