La cuesta de enero

15/01/2017 - 14:30 Pedro Villaverde Martínez

Las cosas siguen complicadas, aunque todos auguran que este 2017 será un poco mejor.

Antes se hablaba mucho de la famosa cuesta de enero pero las más de las veces solía ser por los dispendios o excesos hechos en la Navidad que obligaban a apretarse el cinturón en el mes que inicia el año. Este año pensamos que los excesos para la mayoría no habrán sido muy pródigos aunque algo de retén habría cuando vemos que la economía si no para echar cohetes parece mostrar signos de algún alivio o al menos de ciertas esperanzas tal vez  insuficientes a las aspiraciones que todos tenemos y deseamos pero que es un inicio. El paro parece que va bajando, aunque habrá que seguir haciendo nuevos y renovados esfuerzos. Pero con la despedida de unos Reyes Magos que siempre nos dejan la esperanza de algo mejor, soñar es gratuito y los niños tienen especial derecho a hacerlo. También los mayores. Estamos convencidos de que la gran mayoría, tal vez no todos, habrán recibido algo especial en tan señalada noche o madrugada aunque estemos en tiempos difíciles y a los Magos les cueste hacer uso de una magia más que especial. Las cosas siguen complicadas, aunque todos auguran que este año 2017 será un poco mejor en lo que a la economía se refiere en buena medida por una mayor estabilidad política, aunque habrá que trabajar duro para conseguir la victoria, pero esperamos que la conseguiremos, pues a lo más oscuro amanece Dios y para quienes creemos en ese Niño Dios que acaba de nacer de nuevo en esta Humanidad todavía más. No son días de escribir mucho sino más bien de soñar y desear incluso despiertos lo mejor para todos con la esperanza de que lo peor ya ha pasado y el sol vuelve a irradiar y hasta entrar y salir por ese túnel negro de cualquier crisis... Los responsables políticos parece que se muestran con cierto optimismo ante esta situación con la esperanza de que el nuevo rumbo cambie a mejor nuestro país, enderezar cualquier entuerto y lograr que todo lo pasado haya servido para dejar atrás lo peor del camino y marchar por otros, que sean sendas que nos conduzcan a ese bienestar que otrora hubo. No debemos pensar en una simple supervivencia sino en un vivir mejor, Y desearlo porque es posible y más si todos de una u otra forma contribuimos a hacerlo. Que la cuesta no resulte demasiado dura.