La fiesta nacional se abre a los pueblos

09/08/2014 - 23:00 Redacción

Los datos suelen ser más reveladores que muchas palabras. En el caso de los festejos taurinos, hay uno que habla por sí solo. El año pasado, la provincia celebró 433 festejos populares, 523 si se cuentan los actos taurinos profesionales. ¿Y esto qué significa? Pues pongámoslo en perspectiva. Significa que Guadalajara, según palabras del delegado de la Junta, José Luis Condado, celebra una cuarta parte de los actos taurinos de la región pese a tener sólo el 10 por ciento de su población. Con estas cifras sobre la mesa, resulta difícil no aceptar que en Guadalajara lo de la pasión por los toros es algo generalizado. Ahora, el Gobierno regional ha publicado en el Diario Oficial las modificaciones del reglamento de festejos taurinos populares. Su objetivo es facilitar a los municipios la celebración de este tipo de actos, desde encierros por el campo hasta los concursos de recortes. Al margen de los debates éticos que se puedan establecer con las asociaciones ecologistas, parece que todavía hay algunos puntos que pueden generar cierta controversia, sobre todo con los empresarios. Será necesario limarlos porque, si finalmente se consiguen cristalizar las intenciones del Gobierno, los municipios de la provincia verán cómo se les facilita la celebración de este tipo de eventos. Los beneficios pueden ser más que notables, ya que son muchos los aficionados que se desplazan de un pueblo a otro para disfrutar de estas citas. Y no hablamos solo de aquellos que residen en la provincia. También vienen desde otras limítrofes. Este tirón turístico fácilmente puede traducirse en otro económico, muy acorde con la celebración de fiestas y el consumo que va a ellas asociado. Sólo hay que ver la afluencia de público a Brihuega o a las vacas por el Tajo de Trillo para comprender de lo que estamos hablando. Esto, aunque a menor escala, puede ser tremendamente beneficioso para pueblos a los que ahora, si todo sale bien, se les abrirá la puerta para que celebren sus propios festejos, mientras que las localidades de mayor envergadura pueden plantearse potenciar aún más los que ya tienen.