La importancia de los pueblos


Es una suerte dentro de lo terrible del asunto poder estar viviendo esta situación desde un lugar como Cifuentes. 

Hace 15 días o alguno más, cuando se empezaba a prever que esto del COVID-19 podía ser una cosa seria, empezó a llegar gente a los pueblos como si de agosto se tratase. Y es que muchos de ellos pensaron que en situaciones complicadas como esta, como en el pueblo no se está en ningún sitio.

Y es que, la terrible pandemia que estamos padeciendo ha puesto en valor a la sanidad pública, a los servicios sociales y a los pueblos.

No hay peor soledad que la que se vive rodeado de miles de personas pero sin ninguna a la que acudir. Y eso, lo vive mucha gente en las grandes ciudades.

Aquí poca gente está sola. Y la que lo está la atendemos desde el Ayuntamiento a través de servicios sociales, desde Cruz Roja Cifuentes y/o desde la Parroquia.

Por eso, es una suerte dentro de lo terrible del asunto poder estar viviendo esta situación desde un lugar como Cifuentes. 

Aquí casi todos tenemos a alguien a quien acudir pero también todo el mundo es tenido en cuenta para poder colaborar. Todo el mundo puede sentirse útil y participar en tareas como la elaboración de material o el reparto de comida.

Y eso es un valor muy importante para los propios vecinos pero también para los que estamos con la responsabilidad de velar por el bienestar de la gente del pueblo. Nos hace saber que que no estamos solos.

Y eso lo demuestra la gran colaboración que hay para elaborar materiales. Para ayudar a hacer compras. Para las tareas de desinfección. Para colaborar en cualquier cosa que se necesite. Todo ello, es muy de agradecer.

Como es muy de agradecer, tener comerciantes cercanos que te abren la tienda fuera de horario si es preciso, a los que les puedes llamar si te hace falta algo o lo que es más grande, que te llaman ellos a ti para ofrecerte productos de manera desinteresada que saben que pueden hacer falta. Qué bien se están portando los comerciantes con el pueblo y sería justo devolverles el amor que nos han dado cuando todo esto pase.

Este virus es posible que cuando se vaya nos deje una crisis que alcance a más gente que los contagios del COVID-19. Ya que todas las ayudas que se van a dar de algún sitio tendrán que salir.Porque dentro lo poco o lo mucho que tengo claro como alcalde es que lo que gastas en un sitio lo tienes que dejar de gastar en otro.

Y espero que entre los perjudicados no estén ni la sanidad ni la educación pública como pasó en la anterior crisis.

Pero que tampoco lo estén los pueblos. No nos hemos recuperado y no si se lo haremos de los recortes en educación, sanidad y otros servicios que tuvimos hace años.

Entre otras cuestiones porque en los pueblos no hubo recortes, hubo supresiones porque cuando solo hay uno y reducen es igual a eliminar. Y en muchos pueblos sólo había 1 docente, 1 medico/a, 1 enfermero/a, 1 autobús, 1 servicio de ambulancia, etc. El recorte en esos pueblos fue eliminar los servicios básicos y dejarlos heridos de muerte.

Como activista social he defendido y defendiendo el derecho de la gente de los pueblos a tener servicios básicos, llevo años diciendo, antes incluso de que se hablará de la España vaciada, que mantener los pueblos vivos es también fundamental para la gente que vive en las ciudades que también los necesitan. Y mucha gente o no me entendía o me miraban como diciendo “si hombre, centro médico quieres y un aeropuerto también”.

Bueno pues ahora que el COVID-19 ha puesto en valor la importancia que están teniendo los pueblos para acoger a empadronados en las capitales. Para atender a sus y nuestros pacientes en los centros de salud rurales. Para cuidar a mayores en nuestras Residencias y Viviendas Tuteladas. Para combatir el virus sabiendo sacar medios y voluntarios como en ningún sitio. Y atendiendo a la gente comerciantes rurales y otros autónomos que llevan años oyendo promesas de beneficios fiscales y de momento lo único que les han dado han sido manifiestos de buenas intenciones.

Esperemos que seamos de los que recibamos las ayudas y no los que volvamos a sufrir los recortes. Qué nos conocemos.