La importancia de saber elegir

18/11/2016 - 20:32 Manuel Ángel Puga

Un aspecto interesante del saber elegir viene dado porque toda elección implica una renuncia.

Ser libres, tener libertad, nos permite poder elegir entre dos o más opciones. Lógicamente, si no fuésemos libres no tendríamos posibilidad de elección. Tener libertad para elegir es algo muy importante. Hasta tal punto es así que Anthony Burgess, escritor inglés autor de la célebre obra “La naranja mecánica”, llega a decir: “El hombre que no puede elegir ha perdido la condición humana”. Así de tajante. Es muy cierto que si no podemos elegir, si nos prohíben elegir o no tenemos capacidad para hacerlo, habremos dejado de ser humanos, porque habremos perdido lo más característico y valioso del ser humano: su libertad y su capacidad de elección.
    Pero no debemos olvidar que ser libres nos obliga a ser responsables. Toda libertad, para ser auténtica, exige responsabilidad. Lo otro sería libertinaje. Somos libres para elegir el lado bueno o el lado malo de las cosas. Somos libres para adoptar una actitud positiva o negativa ante la vida. Somos libres para elegir entre un camino de rosas o uno de espinas… En fin, somos libres para elegir entre ser dichosos o ser desgraciados. Cada uno se labra su propio destino. Todo depende de haber sabido elegir con acierto y responsabilidad, es decir, todo depende de haber sabido elegir bien.
    Y en este saber elegir bien cuenta mucho la ayuda que nos pueda prestar el familiar o el amigo íntimo, siempre que sea persona competente y responsable. A veces tomamos decisiones sin consultar con nadie, ni siquiera con las personas de más confianza. Son decisiones que tomamos por nuestra cuenta, normalmente precipitadas y de las que solemos arrepentirnos más tarde. A la hora de elegir, sobre todo si se trata de una elección importante, no es bueno ser autosuficiente y, por tanto, no querer consultar con nadie.
    Respecto a esta ayuda que nos puedan prestar los demás, resulta muy interesante este consejo de Laurent Gounelle, psicólogo y escritor francés: “Cuando aprendemos a acudir a los demás para pedirles lo que necesitamos, todo un universo de posibilidades se nos ofrece. La vida consiste en abrirse a los demás, no en encerrarse en uno mismo”. A veces, somos nosotros mismos los que renunciamos a ese universo de posibilidades, sin que tengamos una razón que lo justifique. Lo que aquí afirma Gounelle es, sin duda, un consejo que vale la pena tener presente a la hora de elegir o de tomar una decisión importante.
    Por su parte, el filósofo y pedagogo cordobés Lucio Anneo Séneca nos aconseja que debemos extremar las precauciones a la hora de elegir, particularmente, si se trata de una elección decisiva, trascendental. La razón está – según nos dice – en que los humanos sabemos muy poco de la vida. En efecto, aquello que creímos sería nuestra desgracia se convirtió en nuestra felicidad; por el contrario, lo que elegimos porque creíamos que sería nuestra felicidad se convirtió después en nuestra desgracia. Ciertamente, nos equivocamos con mucha frecuencia a la hora de elegir, porque sabemos muy poco de la vida. Para no equivocarnos en cuestiones decisivas, Séneca nos propone buscar siempre el sumo bien, esto es, nos propone elegir lo honesto.
    Un aspecto interesante del saber elegir viene dado porque toda elección implica una renuncia. Al elegir una cosa hemos tenido que renunciar a otra e incluso a varias. Decía J. Bossuet, prelado y escritor francés del siglo XVII, que “cualquier elección equivale a unas exequias”. Aquello que no hemos elegido tenemos que darlo por perdido, por muerto. Algo parecido nos viene a decir Philip Pullman, escritor y novelista inglés. “Cuando uno elige una opción entre varias – afirma –, todas las vías que no toma se apagan como velas, como si nunca hubieran existido”. Es cierto que aquello que hemos elegido hace que se apaguen como velas las opciones que no hemos elegido.
     Esto último cobra especial importancia en las sociedades democráticas cuando acudimos a votar en época de elecciones. Introducir una papeleta en la urna, si queremos que tenga validez, anula todas las posibilidades de elegir otras papeletas. De aquí la gran importancia que tiene el saber elegir bien. Por supuesto, hemos de votar en libertad, pero poniendo sumo cuidado en no elegir a quienes prometen soluciones rápidas para problemas difíciles y a quienes censuran a otros las mismas injusticias que ellos cometen… No dejarse engañar es una de las claves para saber elegir bien. Y debemos pensar que hay muchos interesados en engañarnos, en no dejarnos elegir bien.