La lucha contra la siniestralidad

Los últimos datos conocidos respecto a los accidentes que tienen lugar durante el desempeño de la actividad laboral son positivos porque marcan una bajada en los siniestros y sucede al tiempo que sube la afiliación lo que es indicador de que las empresas fijan cada vez mejor las medidas de seguridad en el puesto de trabajo, hacen cumplir los requerimientos a los trabajadores y existe por parte de éstos mayor concienciación respecto a los peligros que conlleva su actividad. También es reflejo de una mayor eficacia de los servicios de inspección de Trabajo y Seguridad Social y una buena labor de las administraciones. No hay que caer, sin embargo, en la complacencia porque mientras haya siniestralidad o pueda haberla, es decir siempre, es tarea conjunta de todas las partes con alguna responsabilidad velar por evitar al máximo esa imprudencia, temeridad o irregularidad que pueda desembocar en un daño para las personas que cumplen su función. Prevención, control de que se ponen en práctica las medidas necesarias, sanción cuando se incumplan y actualización de las normativas ante las nuevas realidades o las todavía no contempladas deben ser el día a día en esta realidad. Un ejemplo es la toma de conciencia por parte del sector de la construcción de evitar la exposición del obrero a las altas temperaturas  durante algunas franjas horarias del verano o el compromiso en este sector, por parte de patronal y sindicatos, de analizar el consumo de alcohol y drogas para establecer un protocolo de actuación que ya existe en otros ámbitos. Caídas, golpes, trastornos músculo-esqueléticos, desplazamientos, manipulación o exposición a productos contaminantes, uso de armas… cada trabajo tiene sus riesgos y se deben estudiar y combatir. Nunca desaparecerá del todo ningún tipo de accidente pero si tiene que ser meta compartida la reducción en su número. La mejora en el mercado laboral con más personas cada día desempeñando tareas, como consecuencia de la recuperación de la economía, obliga a aumentar la atención y la lucha, desde la prevención, principalmente, de estas situaciones para no tener que lamentar desgracias personales. Desde Nueva Alcarria, en vísperas ya de Nochebuena, nuestros mejores deseos de felicidad en estas fiestas.