La pesca de la trucha en Guadalajara
La Orden de Pesca de 2016 de Guadalajara sigue profundizando en la falta de atención por parte de los responsables públicos.
Guadalajara sigue profundizando en la falta de atención por parte de los responsables públicos, de un recurso que terminará desapareciendo, otro mas. NO hay gestión piscícola activa, hay “cuidados paliativos” para la pesca.
La Orden de desveda de este año, en lo relativo a Guadalajara, sigue dando “palos de ciego”. Por terminar rápido, lo más grave es la omisión absoluta del Principio de Multifuncionalidad entre los tres elementos de la sostenibilidad: el valor social, el valor económico y los beneficios ambientales. Ninguno de estos parámetros puede negar al resto, si resulta que tenemos una red fluvial de casi mil Kilómetros de tramos trucheros en la Provincia, donde hay río para todas las modalidades, preferencias y objetivos. Tenemos los recursos, pero no se ponen en valor por miopía política.
Seguimos sin un inventario de salmónidos en la Provincia y tras varios años de pesca sin muerte, las existencias no se recuperan. Siguen los problemas de contaminación y estiaje de caudales, además del abandono de las riberas, todos ellos acumulativos año tras año.
En el contraejemplo: Cuenca, que ha aprobado tramos donde se autoriza cupo 4 truchas comunes/día y talla mínima >24 cm. , haciendo posible la coexistencia de las modalidades de pesca reglamentadas en la Ley de Pesca y más demandadas, incluida la del cobro de la pieza, con la denominada pesca sin muerte, en el resto de aguas. Las Seis Provincias colindantes con la de Guadalajara (que se dice pronto) disponen de tramos trucheros de Trucha Común donde se autoriza su pesca con cupo y talla mínima y aquí está prohibida. ¿Por qué?.
Cuenca tiene aprobados en la Orden del DOCM (de 28 de enero) tramos de pesca tradicional con cupo de 4 truchas/día >24 cm. autorizados en más de 100 kms. de ríos trucheros. Además se añaden dos lagunas: la de Uña a 1.140 msnm (al lado de la piscifactoría que cría trucha autóctona en Castilla LM) y el Embalse de Ruidera en el Guadiela. Esta decisión arrojará unos datos e informaciones de gran valor sobre la evolución del número de existencias, al compararse las capturas de estos tramos con los tramos sin muerte.
Los tramos conquenses donde se admite extracción de trucha común, se ubican en las aguas de baja montaña de los ríos Guadiela, Escabas, Júcar (el tramo que pasa por Cuenca capital, dispone de más de 30 km.) y ríos de menor caudal como el Trabaque y el Guadazón.
¿Y en Guadalajara? Los ríos de Guadalajara no tienen menos calidad piscícola deportiva que los de Cuenca, y aquí estamos, con la pesca deportiva secuestrada por ideologías totalitarias del medio natural.
El aprovechamiento de pesca de la trucha común, regulado y adaptado a la capacidad bio-génica del medio y por supuesto, a las “existencias” en un determinado momento del biotopo fluvial, genera bienes y servicios sostenibles y cotizables a precio de mercado en los territorios donde hay suficiente pesca. La pesca es pues entonces un recurso económico y social significativo, que es preciso poner en valor ante la ruinosa situación económica y sociológica del medio rural castellano.
Otro despropósito es que el retraso de la apertura de la temporada truchera y el mismo cierre no siguen los ritmos biológicos de la trucha autóctona. Este retraso sí se justifica en aguas de Alta Montaña del río Tajo pero no es lógico que haya aguas del Rio Sorbe con apertura de la temporada en Mayo cuando en estas mismas aguas se puede pescar hasta ciprínidos (aguas mas cálidas, no de Alta Montaña). En el otro extremo, la ampliación a octubre de la pesca en tramos de baja montaña daña el proceso de maduración de huevos en las hembras.
Pero he aquí que hay “una vuelta de tuerca más” contra la pesca: la reciente sentencia del Tribunal Supremo que se atribuye competencias que no tiene y declara el carácter “invasor” de la trucha arco iris, entre otras especies como la carpa. Ello puede hacer que se tengan que cerrar los cotos intensivos de toda España donde se llevan a cabo sueltas de Arco iris y eso es realmente una agresión legal contra los Derechos de muchos pescadores reconocidos en el Ley de Pesca, y un daño socioeconómico irreversible. La trucha arco iris no es especie invasora en la forma en que se cría para los cotos intensivos y como especie en acuicultura, pero de eso no tienen ni idea los jueces que se han dejado llevar por un perito que tampoco tiene mucha idea de la complejidad del asunto. El Tribunal Supremo ha despojado de atribuciones técnicas y competencias a los técnicos de Medio Natural del Mº de Medio Ambiente y de las CCAA, además de obviar un RD en vigor y ha dictado que la trucha arco iris debe ser incluida en el Catálogo de Invasoras, incluida la soltada en los cotos intensivos. Impresionante. Los ecologistas han logrado pues que los seis o siete jueces del Tribunal Supremo que les han tocado en suerte, decidan sobre una cuestión que no les compete, en lugar de consensuar con los técnicos del Ministerio y resto de implicado una posición científica técnica con las justificaciones de todos los implicados con intereses y conocimientos en la materia. Es decir, Diálogo: cero, y “nos vemos en los Tribunales”. El poderoso lobby ecologista niega el Derecho a la pesca regulada tal y como se ha practicado en nuestra Región durante muchos años, perjudicando gravemente al colectivo de pescadores de provincias de gran tradición en la pesca de salmónidos. Guadalajara, es el caso mas lamentable donde llevados varios años sin pescar truchas comunes porque sacar y meter truchas en un río no es pescar, para muchos de los pescadores que vamos camino de veteranos no lo es, quizás las actuales generaciones de “urbanitas” sin una directa referencia del medio rural en primera persona (padres o abuelos), sea diferente, pero mientras algunos sigamos por aquí, resulta que sigue perviviendo una forma de entender esta actividad y un conocimiento directo del medio natural sin intermediarios que nos adoctrinen. Aun pervive una generación que ha tenido la enorme fortuna y suerte de crecer en los pueblos, pegados al medio, pescando truchas, a cebo, a cucharilla, a mosca…, en una relación directa con la naturaleza, enseñados por los padres, abuelos y eso… sí que es un valor social y cultural. Otros conocerán mas el monte o los ríos de nuestro país a través de publi-reportajes debidamente edulcorados con prólogo del Consejero de Medio Ambiente de turno y asociaciones ecologistas del lobby eco-subvencionado. Pero los hay que saben distinguir, afortunadamente.