La Semana Grande no decepciona
La alta participación de los ciudadanos, la no suspensión de ningún acto y la falta de incidentes graves deja un balance positivo de esta Semana Grande.
El canto del tradicional ‘Pobre de mí’, en la plaza Mayor de Guadalajara, puso anoche fin a las ferias y fiestas de Guadalajara que desde el día 7 de septiembre han desarrollado en la capital más de doscientos actos. La alta participación de los ciudadanos en las diferentes propuestas planteadas tanto desde el Ayuntamiento como desde las peñas, la no suspensión de ningún acto, principalmente por la ausencia de la lluvia, y en especial la falta de incidentes graves, deja un balance positivo de esta Semana Grande, aunque cada cual haga el suyo y cada uno cuente la feria como le va. La seguridad, por ser miles las personas que se concentraban en el mismo lugar, era una de las grandes preocupaciones de las autoridades que habían adoptado medidas especiales por la amenaza del terrorismo yihadista. Afortunadamente los incidentes han sido mínimos, especialmente relacionados con el consumo excesivo de alcohol y molestias por ruidos. Los encierros taurinos, de una gran belleza por su recorrido y que gozan de gran prestigio a nivel nacional, han dejado momentos para el recuerdo por su peligrosidad y su emoción, siendo masiva la afluencia de aficionados a la suelta de reses y a su recorrido. Por su parte la feria taurina de Guadalajara no ha conseguido colgar el cartel de no hay billetes, con discretas entradas, y no ha resultado brillante ni en cuanto a faenas ni en lo referente al ganado, aunque haya dejado detalles de gusto, alguna puerta grande y haya aportado ese toque de distinción al atraer público de otros lugares de la provincia e incluso de fuera de ella. Los conciertos musicales no han defraudado, resultando multitudinarios, sobre todo Loquillo, como también las verbenas que cada noche han llenado la plaza de Santo Domingo. En el centro de la ciudad ha habido oferta y gente por las calles a todas horas y el recinto ferial ha sido uno de los puntos neurálgicos de estas fiestas con sus atracciones, chiringuitos gastronómicos y música nocturna, aunque ésta sigue sin calar entre el público, que metidos en la noche prefiere el casco urbano.