La trama del agua
Esperemos que esto suponga un punto de inflexión que sirva para acabar con las injustas derivaciones de agua.
El trasvase no era necesario, la cuenca del Segura no es deficitaria, existe un superávit de agua de al menos 200 hectómetros cúbicos, hay miles de regadíos ilegales, los pequeños agricultores denuncian amenazas y coacciones… Estas son algunos de los datos que revela el informe de Greenpeace sobre el trasvase y el uso que se viene haciendo del agua en la Cuenca del Segura en los últimos diez años. En dicho informe se habla de ‘trama del agua’, un negocio que funciona como una auténtica mafia. A los guadalajareños, y más en particular a los pueblos del entorno de los embalses, no nos hacía falta que nadie nos lo dijera, nos sentimos engañados cada vez que vemos el nivel de los pantanos, pero ver tales afirmaciones sobre el papel duele. El presidente de Murcia no ha tardado en salir a los medios de comunicación desmintiendo este informe, utilizando todo tipo de argumentos. Pero, que no se atreva ahora a hablarnos de insolidaridad, cuando los propios agricultores desvelan las técnicas utilizadas por los llamados ‘conseguidores’ para manejar -porque no se puede hablar de gestionar- el destino del agua a su antojo y hacer negocio con él, promoviendo el desarrollo urbanístico y los regadíos ilegales mientras el prometedor futuro de aquel, sobre el papel, Mar de Castilla, quedó cortado antes de empezar a despegar, porque el desarrollo se fue para otro lado, gota a gota, por las grandes tuberías del trasvase. Se afirma en dicho informe que la Cuenca del Segura es rica en aguas subterráneas que podría aprovechar en lugar de verterlas directamente al mar y que esto haría innecesario el trasvase, y concluye señalando que el trasvase podría cerrarse en tres años. La Junta, por su parte, espera poder utilizar esta investigación en el proceso judicial abierto contra el trasvase. Esperemos que esto suponga un punto de inflexión que sirva para acabar con las injustas derivaciones de agua, si antes no lo hace la propia naturaleza y la explotación sin medida.