La urgencia de luchar contra la despoblación

25/03/2017 - 12:46 Redacción

Guadalajara es una provincia eminentemente rural, pero la agricultura, base de la economía de la mayoría de los pueblos, ha ido perdiendo peso en los últimos años y son pocas las familias que pueden seguir viviendo de ella.

Está de moda últimamente hablar de despoblación. Una moda que en Guadalajara llevamos arrastrando, desgraciadamente, desde hace mucho tiempo. Pero aprovechemos el tirón mediático para incidir en la necesidad de afrontar, de una vez por todas, este problema con medidas valientes y reales. Guadalajara es una provincia eminentemente rural, pero la agricultura, base de la economía de la mayoría de los pueblos, ha ido perdiendo peso en los últimos años y son pocas las familias que pueden seguir viviendo de ella. Desde luego, no las suficientes para mantener vivos nuestros pueblos. No obstante, este medio de vida no ha encontrado, hoy por hoy, alternativa, y nos encontramos con el abandono y la emigración a las ciudades. De esto, precisamente, de alternativas al desarrollo socioeconómico de las zonas rurales se va a hablar este fin de semana en Orea, en unas jornadas cuyo enunciado ya deja claro el punto de partida y el futuro al que se quiere mirar: SOS Mundo rural: una sociedad viva, un mundo de oportunidades. Esto en la comarca de Molina. Mientras, en la Alcarria hay convocada una movilización para protestar por los trasvases, una situación que también debe analizarse en el contexto del desarrollo rural, pues no olvidemos que el agua es un recurso importantísimo que genera riqueza y que alrededor de los pantanos se podría estar desarrollando ese potencial turístico que se prometía en su momento. Sin embargo, no hay nada, porque no hay agua. La riqueza, con el agua, se ha ido a otro sitio, mientras que los pueblos de alrededor de Entrepeñas y Buendía van viendo cómo su población va para abajo, igual que el nivel de los pantanos, y que los turistas pasan de largo. Todos los sectores, como vemos, administraciones, empresas, colectivos sociales y la sociedad en general, parece que están concienciados sobre la necesidad de parar la lacra de la despoblación. A ver si este nuevo impulso al que asistimos sirve de verdad para algo y sobre la mesa se ponen medidas y presupuesto, evidentemente, que puedan devolver la vida a las zonas rurales.