Los cinco lugares secretos que desconocen incluso algunos alcarreños
Guadalajara, pese a que es una provincia muy visitada por turistas de toda España, tiene aún pequeños rincones desconocidos, para propios y extraños.
Son aquellos que tienen un encanto especial, en los que se puede escuchar el pasado, disfrutar del sonido del agua, del cantar de los pájaros, en general, de sus paisajes. Ponemos cinco ejemplos, pero nos hemos dejado un buen puñado de lugares especiales. Sin embargo, estas páginas no serían suficiente para enumerarlos. Nos quedamos con cinco:
1) El Capricho Rillano (Rillo de Gallo)
Rillo de Gallo cada vez recibe más visitas gracias a la publicación viral de un influencer [al verlo en la vuelta], que ha conseguido que los turistas, las redes y los medios pongan el ojo en esta pequeña localidad del Señorío de Molina gracias a una casa de arquitectura estilo modernista hecha por un vecino del pueblo y que recuerda a obras de Gaudí. Es conocida por todos en la zona como El Capricho Rillano, aunque su autor nunca le puso nombre propio. Una peculiar y artística construcción que ha protagonizado decenas de reportajes y fotografías de turistas curiosos.
2) Capilla Sixtina del Arte Rupestre (Riba de Saelices)
La Cueva de los Casares (Riba de Saelices) no tiene la fama ni las facilidades de los yacimientos del norte de España, pero sí su valor. El conjunto arqueológico visitable de los Casares está compuesto por una caverna prehistórica, mundialmente conocida por sus grabados paleolíticos, un poblado de época hispanomusulmana que se extiende por la ladera del cerro y un torreón islámico que corona el conjunto. Estos yacimientos arqueológicos pertenecen al término municipal de Riba de Saelices, ubicado en plena Sierra del Ducado, casi en la divisoria de aguas entre las cuencas del Tajuña y el Tajo. Las excavaciones practicadas han puesto de manifiesto una de las secuencias culturales más amplias del ámbito de la Meseta, que abarca desde el Paleolítico Medio hasta la Baja Edad Media.
3) Casa de Piedra (Alcolea del Pinar)
Lino Bueno, en 1907, comenzó las obras para acometer su casa sobre una enorme roca, con la intención de construir una habitación donde poder alojar a su familia. Sin embargo, después de esa primera etapa siguió construyendo hasta la 1927 (aunque Lino nunca dio por finalizada la construcción), dedicándole 21 años de trabajo, agregando varias habitaciones, una cocina, un comedor o cuarto de estar, pasillos, una cuadra y una cochiquera, todas ellas unidas y excavadas con herramientas manuales, durante las noches después de su día como trabajador manual del campo. También el mobiliario y accesorios necesarios para la habitabilidad están tallados en la misma roca sin discontinuidad, como son alacenas, escaleras, desagües, armarios, una mesa, pesebres, la chimenea, etc. Cuando estaba tratando de ampliar la planta superior le llegó la muerte.
4) Albaicín (Pastrana)
En 1570 llegaron exiliados unas doscientas familias moriscas de las Alpujarras hasta a localidad y levantaron este apéndice con calles retorcidas y empinadas y reminiscencias de su cultura en forma de fuentes. Esta sorprendente carta de presentación es solo una excusa para conocer un pueblo regado de monumentos , palacios, iglesias y hasta de una sinagoga.
5) Civica (Brihuega)
Cívica es una pedanía de Brihuega. Se sitúa en una ladera de los escarpes calizo sobre el valle del río Tajuña, y a pie de la carretera CM-2011. Destacan las fuentes naturales que manan de la roca formando cascadas que vierten al Tajuña y el conjunto de galerías y escaleras excavadas y protegidas con balaustradas, obra encargada en los años 1950-1970 por el sacerdote de la cercana localidad de Valderrebollo y llevada a cabo por Hipólito Henche.