Los costaleros y cargadores de las Cofradías, listos para la Semana Santa
Un total de 4.500 personas forman parte de alguna de las siete cofradías o hermandades de la Semana Santa de Guadalajara, de las que 300 son costaleros o cargadores, que ya miran al cielo, confiados en que la lluvia respete sus largas y duras horas de ensayo y preparación que llevan acumulando desde el invierno.
En esta semana redoblan esfuerzos y ultiman todos los detalles antes de convertirse en los pies de las distintas imágenes por las calles y plazas de la ciudad. Nos adentramos en el mundo de los costaleros y los cargadores de las cofradías.
Último lunes de marzo. 21:30 horas. Nave guardapasos de la Junta de Cofradías y Hermandades de Guadalajara, calle Francisco Aritio. Una cuadrilla de 24 hombres y mujeres pertenecientes a la Cofradía de Jesús Nazareno se preparan para uno de sus últimos ensayos previos a la Semana Santa. Fernando, el capataz, y Kiko, el contraguía, esperan a que los miembros de su cuadrilla terminen de ataviarse con el costal –pieza de tela que se ponen sobre su cabeza y les cae hasta la espalda para descansar sobre la trabajadera, que es un barra de madera transversal sobre la que cargan el peso dentro del paso,- y la morcilla –una almohadilla parecida a este producto cárnico-.
“¡Estamos listos!”, espeta el capataz. Toda la cuadrilla contesta al unísono: “¡Listos!”. A partir de ese momento, Fernando solo utiliza el llamador sobre el paso para dar sus órdenes a los costaleros, ya ubicados dentro, en sus puestos, acordes a su altura. De unos altavoces de la nave guardapasos comienza a sonar Caridad del Guadalquivir. Esta es una de la docena de marchas procesionales que se escucharán el Lunes Santo, en la novedosa procesión de la Virgen de la Misericordia, gracias a la Banda de Música de Pastrana, que acompañará a la imagen.
Y es que la Cofradía Jesús Nazareno está preparando con especial cuidado y mimo la procesión del Lunes Santo, una de las grandes novedades que presenta la ya inminente Semana Santa de este año. La Virgen de la Misericordia, que lleva desde 2014 saliendo a las calles de Guadalajara con cargadores –aunque el año pasado se quedó sin procesionar debido a la lluvia- estrenará el paso de palio con costaleros y con un recorrido inédito, puesto que no partirá desde la iglesia de El Fuerte como en los últimos años sino que lo hará desde la propia iglesia de San Nicolás, sede canónica de la Cofradía Jesús Nazareno, a las 21.30 horas del día 10.
Esta cuadrilla de 24 costaleros, hombres y mujeres, lleva ensayando una vez por semana, todas las semanas, desde finales de enero, sobre un nuevo paso de palio adquirido por la cofradía este mismo año, acorde a las medidas que permite la iglesia de San Nicolás.
Gran esfuerzo el que tendrán que realizar los miembros de esta cuadrilla de costaleros de la Cofradía Jesús Nazareno, porque muchos de ellos doblarán en la próxima Semana Santa al salir tanto el Lunes Santo, a costal con la Virgen de la Misericordia, y en la tarde del Jueves Santo, en la tradicional y muy concurrida procesión de Jesús Nazareno, formando el grupo de 44 cargadores –esta vez a hombros-. Para ello, también practican todos los jueves, desde hace un mes, en los alrededores de la nave guardapasos, acompañados por la cada vez más numerosa Banda de Cornetas y Tambores de la cofradía.
Compleja tarea en Santiago
A escasos tres kilómetros de distancia, en la calle Mayor, y también en la noche cerrada del lunes, bajan con firmeza un grupo de 37 cargadores de la Cofradía de la Pasión del Señor con sus varales golpeando en el suelo al unísono y acompañados de un grupo de tambores de la propia cofradía, en el que predominan los niños. Este grupo de cargadores –solo hombres- lleva desde 1995 de forma ininterrumpida sacando hombros la imagen del Cristo de la Pasión cada madrugada de Jueves Santo, con la dificultad que entraña la salida y la entrada desde la iglesia de Santiago, debido a que tienen que salvar un desnivel de más de metro y medio entre el suelo del templo y la calle.
Esto requiere una preparación especial, ya que tienen que realizar las maniobras de entrada y salida de la iglesia tanto de rodillas –unos por dentro del paso y otros por fuera- como sujetando en vilo el paso desde la nave central de la iglesia mientras el resto de cargadores, desde la calle, lo van soportando de rodillas. Es casi la medianoche de un lunes laborable y los cargadores de La Pasión se disponen a realizar esta maniobra de enorme dificultad antes de finalizar el ensayo, bajo las órdenes de Toño, su capataz.
Con más de 850 cofrades, la Cofradía de la Pasión del Señor es una de las más numerosas de la capital. En Semana Santa, doblan desfile procesional en apenas 20 horas, saliendo a las 23.00 horas del Jueves Santo y a las 20.00 horas del Viernes Santo, incorporándose a la procesión del Silencio con sus tres pasos: el titular, el del Cristo de la Pasión, el del Cristo de la Expiración –portado por un grupo de 10 cargadores- y el de la Virgen de la Piedad, portado exclusivamente por 40 mujeres desde 1997-.
Estas, como en el caso de sus hermanos, ensayan durante todas las noches de cada martes desde hace más de un mes –aunque, a diferencia de los cargadores del Cristo de la Pasión- no realizan la entrada y salida del templo de rodillas.
Aires andaluces
Como capital castellana que es, la austeridad y sobriedad caracterizan la Semana Santa de Guadalajara, que, no obstante, también deja hueco a la tradición y el fervor que llega desde el sur peninsular, sobre todo a través de la procesión del Miércoles Santo, la de la Virgen de la Macarena, una procesión con aires eminentemente andaluces. La Cofradía de María Santísima de la Esperanza Macarena saldrá a las calles con dos pasos, el titular, bajo palio de la Virgen Macarena, y Nuestro Padre Jesús de la Salud. Ambos, portados también por costaleros, casi 40 en el caso de la Macarena y 35 en el caso de Jesús de la Salud. Desde febrero, y todos los domingos, están preparando con especial dedicación una de las procesiones más vistosas de cada Semana Santa. José Manuel Matos ‘Josete’ y José Luis Sotillo seguirán siendo los ojos para ambas cuadrillas.
El martes, también bien entrada la noche, en la puerta de la concatedral de Santa María, afrontaron su último ensayo el grupo de 24 banceros de la Cofradía del Cristo Yacente del Santo Sepulcro. Este grupo ha estado más de un mes preparando su salida en la procesión del Silencio, en la tarde-noche del Viernes Santo, acompañados, también en los ensayos, por el sonido de dulzainas que caracteriza la sobriedad de este paso, que en 2017 celebra las bodas de plata de la primera salida a hombros por banceros desde su refundación, allá por 1993.
También participará en la procesión del Silencio la Cofradía de la Virgen de los Dolores, la única de las siete hermandades y cofradías de la Semana Santa guadalajareña que no aún no ha logrado que sus imágenes, al menos la titular, la de la Virgen de los Dolores, sea portada o bien por cargadores o bien por costaleros. Su Hermano Mayor, Juan Diges, se mantiene esperanzado en poder hacer su deseo realidad en la próxima Semana Santa: “Intención sigue habiendo, pero aún no hemos logrado tener un grupo numeroso. Ojalá sea para el próximo año”, confía.
La Soledad podrá salir al ‘Encuentro’
Otro de los momentos más seguidos y señalados de la Semana Santa de la ciudad, que más expectación genera, llegará en la mañana del Viernes Santo, con el ‘Encuentro’ entre el Cristo del Amor y de la Paz, de San Ginés, y la Virgen de la Soledad, de San Nicolás. Será al mediodía en la plaza del Jardinillo. Este ‘Encuentro’ ha estado en peligro en las semanas previas porque la Hermandad de la Virgen de la Soledad no alcanzaba los cargadores suficientes -40-, pero tras una convocatoria en las redes sociales, la imagen de La Soledad podrá salir tanto en el mediodía del Viernes Santo como en la tarde de ese mismo día porque la cofradía ya cuenta con 34 cargadores, que el domingo realizaron su último ensayo en las inmediaciones de la iglesia de El Fuerte.
Por su parte, la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz no tiene dificultades a la hora de cubrir los puestos de costaleros. Son 29+1, bajo las órdenes de su histórico capataz, Antonio Ramos –dos décadas en el cargo-. En realidad son 29 costaleros porque el otro hueco lo dejan siempre para el Cristo del Amor y de La Paz. Este viernes, también de noche, en la nave guardapasos, afrontaron su último ensayo. La música correrá a cargo, una vez más, de los miembros de la Agrupación Musical del Santísimo Cristo del Amor y de la Paz.
“Somos los pies de las imágenes para acercarlas a la gente”
Rubén es uno de los 300 costaleros que se están preparando minuciosamente para portar las imágenes de las cofradías en Semana Santa. Saldrá bajo el palio de la Virgen de la Misericordia, en la noche del Lunes Santo. Este será su noveno año como costalero, tras haber formado parte de la cuadrilla de Jesús de la Salud en los ocho años anteriores, y también como cargador de la imagen de Jesús Nazareno. Su fervor y devoción le harán doblar presencia como costalero, puesto que el Domingo de Ramos participará en la procesión de la Cofradía Jesús Despojado de Alcalá de Henares.
“Es una forma de expresar el sentimiento de fe cristiana en Semana Santa y demostrar a la gente que lo ven pueden hacerles sentir al Señor, aunque no vayan debajo del paso. Nosotros, bajo el paso, somos los pies que acercan a esa gente que nos ve a disfrutar de la fe y las imágenes de la calle”, señala Rubén, quien considera que ser costalero tiene, “por un lado, un sentimiento de devoción a la imagen que sacas, y también hay sentimiento de alegría de poder llevar la fe a la gente que espera ver esas imágenes año tras año”.
Requiere mucho esfuerzo de cinco o seis horas soportando alrededor de 20 kilos sobre la espalda o los hombros, pero Rubén recalca “que tiene un gran componente físico, y también hay un componente mental. Es cierto que es un esfuerzo físico, pero también la devoción que tenemos nos hace sacar esas fuerzas de donde no hay para aguantar tantas horas de procesión bajo el paso”, afirma Rubén, quien recuerda también las recomendaciones básicas para cualquier costalero: “No abusar de comidas copiosas el día de la procesión, comer pasta o arroz, hidratarse bien antes de la procesión, tomar glucosa también en ese día para recuperar, además de adaptar el peso al cuerpo en los ensayos”.