Malos modos en un autobús urbano

18/04/2016 - 14:01 Natalia Martínez

Hoy expongo mi queja sobre los autobuses urbanos de Guadalajara.

Soy Natalia Martínez , ciudadana de Guadalajara, bien es sabido que ha habido muchas quejas sobre las líneas de autobuses de nuestra ciudad, hoy expongo la mía: Como he dicho anteriormente además de ciudadana soy trabajadora en el Centro Ocupacional Nuestra Sra. de la Salud, colegio conocido por toda la población, si allí trabajamos con personas discapacitadas psíquicas.
     En la tarde de este martes 12 de abril, hemos salido a dar un paseo con un grupo de nueve personas más dos responsables, que hemos sido sorprendidos por la lluvia, en la Calle Zaragoza, dirección hacia la Glorieta de Bejanque, nos hemos refugiado en la parada de autobús con la suerte que era una parada de la línea 5 ( bien!!! nos venía estupendamente ya que nos deja pegadito a nuestro centro y no nos mojaríamos). Sobre las 20:20 llega el autobús, como no lo utilizamos de forma habitual le preguntamos al conductor por el recorrido, cosa que no le gusta por la cara que nos pone y la mala forma de contestar, pero la sorpresa es mayor cuando vamos a pagarle con dos billetes de 10 euros el importe final que ascendía 11,55 euros y nos dice muy descaradamente que solo se admiten billetes de cinco euros y que no nos va a dar cambio. Intentamos razonar con el conductor pero es imposible, éste nos invita a bajar del autobús, es decir nos echa (lo estoy exponiendo de forma muy educada) Ya enfadada, le digo que de ninguna manera, que sino se ha fijado  el grupo de personas que somos, y que no me creo que no tenga 8,45 euros para devolvernos. Este señor sigue en sus trece y con su cabezonería, como no accede en voz muy alta cuento a la gente que va en el autobús lo que está ocurriendo pidiendo cambio a las personas que estaban montadas. Un señora amablemente nos cambia el billete de diez euros en dos de cinco y así es como el señor conductor  acepta el dinero.  
    Me parece increíble, que un servicio público trate así a cualquier persona, o este Señor nos ha tratado así por que somos personas diferentes a él. Si por suerte somos diferentes, no tendremos las capacidades que tiene él, pero si tenemos mucha más educación, más saber estar, más respeto a todas las personas con las que convivimos etc  y sólo decirle que en esta vida. La única discapacidad que existe es la de no tener corazón